La pastoral del trabajo no es un aderezo de la misión evangelizadora. Esta es una de las conclusiones que podría sacarse tras escuchar las reflexiones que el pasado sábado compartió en voz alta el obispo de Soria, Abilio Martínez, en el marco de la celebración del Día Internacional por el Trabajo Decente. El prelado responsable de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española impartió una conferencia titulada ‘Iglesia y trabajo decente. Un camino juntos’ en el Casino Círculo Amistad Numancia de Soria.
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En su alocución, abordó tanto el contexto social y eclesial en el que se mueve la pastoral del trabajo como el devenir de la llamada plataforma ‘Iglesia por el Trabajo Decente’ que se puso en marcha en 2015 y que aglutina desde la Conferencia Episcopal a la Conferencia Española de Religiosos (Confer), pasando por Cáritas, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC).
Sobre la siniestralidad laboral
Con los documentos ‘El Dios fiel mantiene su alianza’ y ‘Fieles al envío misionero’, principales ejes de actuación del Episcopado español, Martínez reivindicó un mayor compromiso eclesial para que “haya un acompañamiento de los trabajadores pobres, precarios y descartados”, así como promover “la formación en la Doctrina social de la Iglesia”. También dejó caer la necesidad de integrar a la plataforma ‘Iglesia por el Trabajo decente’, que actualmente no está integrada en la pastoral del Trabajo.
El obispo no dudó en repasar las asignaturas pendientes que tiene en sus manos, como lograr que “en todas las diócesis al menos una persona” pilote la Delegación de Pastoral del Trabajo, apoyar a los movimientos especializados en la evangelización del mundo obrero y promover una reflexión profunda sobre la siniestralidad laboral.
Para refrendar que la pastoral del trabajo no es algo accesorio para la Iglesia, el pastor se detuvo en los principales documentos de los Papas más recientes a este respecto hasta aterrizar en Francisco. Así, Martínez ahondó en ‘Evangelii gaudium’, en ‘Fratelli tutti’ y en ‘Laudato si’’, donde llega a afirmar que “la vida digna solo es posible a través del trabajo humano”.