El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) expresó su cercanía y solidaridad con el episcopado guatemalteco ante la situación que ha estado viviendo su país en las últimas semanas, donde diferentes sectores sociales se han manifestado en las calles para pedir la destitución de la fiscal general Consuelo Porras y del jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, y otros funcionarios, a quienes acusan de planear un ‘golpe de Estado’ para impedir que el presidente electo Bernardo Arévalo de León tome posesión.
- PODCAST: Sínodo a prueba de dubia
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El pasado 20 de agosto, el académico Bernardo Arévalo, de Movimiento Semilla, fue elegido como el nuevo presidente de Guatemala tras ganar en las elecciones a Sandra Torres Casanova, del partido Unidad Nacional de la Esperanza.
Al respecto, el CELAM recordó que “el pueblo guatemalteco espera de sus dirigentes decisiones que garanticen la voluntad expresada en los legítimos procesos electorales”.
El CELAM -encabezado por su presidente, el arzobispo de Porto Alegre, Jaime Spengler, dirigió un mensaje tanto al obispo de Verapaz y presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Rodolfo Valenzuela, como al obispo de San Francisco de Asís, Jutiapa, secretario general del episcopado guatemalteco, Antonio Calderón, a quienes expresó su preocupación ante los acontecimientos que se viven en estos días en su país.
Evitar a toda costa eventos de violencia
Apenas hace unos días, también los obispos de Guatemala pidieron que se atienda “el clamor de la calle”, pues “la situación de paro nacional que se ha desarrollado es el resultado de acciones de organismos del Estado, principalmente del Ministerio Público que, con apariencia de legalidad, son contrarias al bien común”.
Ante esa situación el CELAM expresó a los obispos guatemaltecos su oración “para que el Señor conceda la sabiduría necesaria para discernir los caminos que faciliten la escucha y se eviten situaciones de violencia que causen más dolor y sufrimiento”.
Finalmente, los encomendaron “a la protección de Nuestra Señora del Rosario, madre de paz y de consuelo”.