Vaticano

El Papa crea un Sínodo paralelo en Santa Marta: el Círculo Menor de los pobres

  • Francisco invita a comer a un grupo de personas sin techo para preguntarles qué esperan de la Iglesia
  • La respuesta de los usuarios de los servicios de la Limosnería Apostólica fue clara: “Amor, solo amor”
  • La Asamblea avanza debatiendo sobre el papel de la mujer, los abusos o la identidad de género





Francisco siendo Francisco. El Papa invitó ayer a almorzar a un grupo de los usuarios de los servicios de la Limosnería Apostólica, formando un “pequeño Círculo Menor” junto al cardenal Konrad Krajewski, para preguntarles “qué esperaban de la Iglesia”. ¿La respuesta de estas personas sintecho? “Amor, solo amor”, según ha señalado el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, durante la rueda de prensa de hoy para informar sobre los avances del Sínodo de la Sinodalidad.



Son muchos los temas que en la tarde de ayer y en la mañana de hoy han compartido los padres y madres sinodales, según recoge Vatican News: la guerra en Gaza, los abusos, el papel de la mujer en la Iglesia y en el mundo -“en muchos lugares son vistas como ciudadanas de segundo lugar-“, el fenómeno de las migraciones, la pobreza o la identidad de género.

En relación a la identidad de género, se ha dicho que debía abordarse “con responsabilidad y comprensión, permaneciendo fieles al Evangelio y a las enseñanzas de la Iglesia”. Algunos pidieron “un mayor discernimiento sobre la enseñanza de la Iglesia en materia de sexualidad”, para otros, sin embargo, “no hay necesidad de un mayor discernimiento”. Eso sí, ha dejado claro que “no ha habido nada que pueda enmarcarse en el estereotipo de la polarización”. “Es una experiencia de compartir”, ha añadido.

Frenar la homofobia

Asimismo, Ruffini ha indicado que los padres y madres sinodales se preguntaron “cómo encarnar la pastoral del amor entre las parejas homosexuales, entre los divorciados, permaneciendo fieles a las enseñanzas de la Iglesia”. “Más o menos todos los que intervinieron sobre estos temas dijeron que hay que rechazar toda forma de homofobia”, ha añadido.

En Sala Stampa, el cardenal arzobispo de Quebec (Canadá), Gérald Lacroix, ha recordado a san Juan XXIII, cuya memoria se recuerda hoy 11 de octubre, aniversario también de la apertura del Concilio Vaticano II. “Lo que estamos viviendo es una continuidad de todo aquello. Juan XXIII fue profético, fue inspirado por el Espíritu Santo”, ha recalcado.

Sobre la metodología del Sínodo -la conversación en el Espíritu-, ha señalado que “se orienta hacia la escucha del Señor, de su Palabra, de su presencia en cada bautizado, y esto nos permite abrirnos al otro, encontrar matices en sus palabras, cambiar lo que pensamos, y así es como vemos que Dios actúa y está actuando en todas las personas”. Así, a título personal, ha destacado que le lleva a “ajustar, afinar y cambiar un poco mi pensamiento”.

Luca Casarini, el samaritano del Mediterráneo

El activista Luca Casarini, fundador de Mediterranea Saving Humans -organización que rescata a migrantes en el Mediterráneo-, fue el gran protagonista del encuentro con los medios.

“Nosotros, en medio del mar, nos encontramos con estos hermanos y hermanas y en ese momento se encuentran dos pobrezas. Por un lado, la pobreza económica y social que obliga a la gente a dejar su tierra, su familia, su memoria, sus únicas riquezas; por otro, la pobreza desoladora de una parte del mundo que ahora considera normal el horror. Ya no somos capaces de llorar por un niño que muere”, ha lamentado.

Casarini, preguntado si se siente fuera de lugar en el Sínodo, pese a que se reconoce como católico, ha dicho con fina ironía que siempre se siente “fuera de lugar en cualquier contexto. Realmente considero a todos los presentes en el Sínodo mis hermanos y hermanas. Estoy intentando aprender a ponerme en el lugar del otro y que no debemos esperar solucionarlo todo nosotros, sino que es el Espíritu Santo quien actúa. Así pueden ocurrir cosas locas… como que yo esté en el Sínodo”.

Por su parte, Grace Wrakia, testigo del proceso sinodal en Oceanía, ha expresado su gratitud al Papa por invitar al Sínodo a representantes de las Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea. “Durante años hemos escuchado y ahora nos gustaría hablar y nos gustaría que ustedes escucharan, porque tenemos algo que dar al mundo: nuestra manera de vivir en comunión, de vivir juntos y de construir relaciones”, ha aseverado.

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