El noveno día de la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad arrancó con la mirada puesta en las guerra que asolan el planeta. Y quien llevó a los padres y madres sinodales a cada uno de estos lugares en conflicto fue el cardenal Louis Raphaël Sako, Patriarca de Babilonia de los Caldeos. Fue el responsable de guiar la oración de esta jornada: “Me gustaría invitarlos a orar por la paz en el mundo”.
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Así, el purpurado mencionó tanto Tierra Santa como Ucrania, pero también tuvo presente “la violencia en Irak, en Siria y en el Líbano”. Eso sí, Sako se detuvo “las poblaciones de Israel y Palestina, víctimas de una violencia sin precedentes”. “Unamos nuestra voz a la del Papa y a la oración coral de cuantos en todo el mundo imploran la paz para Oriente Medio y para todos los países en guerra, que viven en el terror y la destrucción”, destacó.
Humanidad en paz
Así, el patriarca entonó una plegaria a Dios para conformar una humanidad “sin violencia, sin guerras absurdas, que viva en unidad, paz y armonía”. “La gente espera con mucha esperanza en la fraternidad, pero no siempre con preocupación y miedo”, señaló el cardenal, instando a “la solidaridad con todos los que tienen miedo, que sufren”. El propio Sako tuvo que abandonar hace unos meses Irak ante la decisión del Gobiernode revocar el decreto oficial que le reconoce como máximo líder de la Iglesia católica caldea
Esta novena jornada del Sínodo ha sido más corta de lo habitual en lo que a trabajo se refiere puesto que, después de dialogar en los círculos menores, por la tarde los padres y madres sinodales han acudido a la basílica de San Sebastián, para visitar las catacumbas de San Sebastián, San Calixto y Santa Domitila.
Entre los temas que se han subrayado hoy en la asamblea se encuentran la necesidad de promover todavía más el diálogo interreligioso e intercultural, la acogida a los jóvenes y los más vulnerables, así como trabajar la pastoral y el ministerio de la escucha.