El cardenal Felipe Arizmendi explicó a Vida Nueva la importancia de esta celebración eucarística en la lengua en la que la Virgen le habló a san Juan Diego
Este 13 de octubre se llevará a cabo una misa en lengua náhuatl en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México, la cual será presidida por el obispo de Huejutla y presidente de la Dimensión Episcopal para la Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos, José Hiraís Acosta Beltrán, quien es nativo y hablante de esa lengua indígena.
En torno a la importancia de la celebración eucarística, Vida Nueva conversó con el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, y quien en años anteriores ha presidido esta misa que se realiza anualmente desde hace más de cuatro años en el santuario mariano más visitado del mundo.
El cardenal Arizmendi destacó, en primer lugar, que las misas en náhuatl se han venido realizando desde hace tiempo en las diócesis donde se habla esa lengua, y es mucho más frecuente, “a veces en forma diaria”.
Al referirse a la relevancia de la celebración eucarística en náhuatl en la Basílica de Guadalupe, el cardenal recordó que la Virgen de Guadalupe habló en esa lengua, “y celebrar en su Basílica tiene un gran significado no sólo para los indígenas, sino para toda la Iglesia, pues es un esfuerzo por dar a los nahuas la importancia que la Virgen les dio”.
Para los indígenas -afirmó el cardenal Arizmendi- “escuchar la misa en su lengua natal les permite sentirse parte viva de la Iglesia, no excluidos o marginados. La viven con el corazón, porque ven que su cultura vale, que es apreciada por la Iglesia y que no están condenados a desaparecer”.
Se estima que un millar de indígenas participarán en la misa de las 13:00 horas, procedentes de Puebla, Tlaxcala, Tula, Tulancingo, Veracruz, Morelos y Ciudad de México, pues “por limitaciones económicas, no vienen más”, aclaró el cardenal.
Previo a la celebración eucarística habrá “ritos introductorios en el atrio, con oraciones, danzas y presentación de los participantes. A veces, dentro de la misa, se hacen algunas danzas. Al final de la celebración, en el atrio, se comparten los alimentos que llevaron”.
El cardenal manifestó que a través de esta celebración se quiere animar a los demás obispos, para que en sus diócesis promuevan las traducciones litúrgicas a los idiomas que allí se hablan. “Los indígenas tienen derecho a tener las celebraciones y la Biblia en su propio idioma, pues son ciudadanos y bautizados con todos los derechos eclesiales”, agregó.
El texto del Ordinario de la Misa y de la Plegaria Eucarística II en náhuatl fue aprobado por los obispos de México en su Centésima Asamblea el 12 de noviembre de 2015.
En dicho documento, la Conferencia del Episcopado Mexicano advierte: “Con el fin de acercar la celebración de los misterios, sobre todo de la Eucaristía, al pueblo náhuatl, que es el mayoritario en el país, el episcopado mexicano ha promovido la traducción de la misa a este idioma, con la esperanza de traducir igualmente toda la Biblia, para que la Palabra de Dios sea mejor comprendida y asumida por este pueblo originario”.