El arzobispo de Rabat ha participado en el briefing del Sínodo de la Sinodalidad celebrado este martes en el Vaticano
Como cada día desde que diera comienzo el Sínodo de la Sinodalidad, los medios de comunicación se han reunido en el Vaticano para acudir al briefing que se ofrece para detallar las novedades de este histórico encuentro. Hoy, se han participado de él las voces de las periferias: el cardenal Cristóbal López, arzobispo de Rabat; el teólogo africano Agbonkhianmeghe Emmanuel Orobator; Antony Randazzo, obispo de Broken Bay (Oceanía); y Renée Ryan, profesora de Oceanía.
“Como vengo de Marruecos, Salam Aleikum (la paz con vosotros)”, ha saludado López al inicio de su intervención, en la que ha asegurado que, a pesar de las muchas “diferencias” que se han presentado en las conversaciones del Sínodo, “no hay luchas”. “Hay diferencias, pero lo que nos une es mucho más de lo que nos separa”, ha asegurado el purpurado. “La propia organización del Sínodo nos pidió resaltarlas, no ocultarlas”.
Por ejemplo, para López “muchos tienen una imagen muy autorreferencial de la Iglesia”. Sin embargo, ha subrayado que “yo pienso todo lo contrario, la Iglesia no vive para sí misma sino para Cristo y su Reino, que es la misión de la Iglesia”. En este sentido, “el Sínodo nos ayuda a abrir los ojos y descubrir que escuchar la experiencia de los demás puede ayudarnos a modificar la propia y viceversa”. “Esperemos que, aunque pase el Sínodo, la sinodalidad se quede”, ha afirmado López. En la misma línea, Orobator ha apostillado que “las convergencias y divergencias son parte del proceso sinodal, incluso son la base para crear algo nuevo”.
“Es mi primer Sínodo, pero no mi primera experiencia de sinodalidad”, continuó Randazzo, quien forma parte de la Federación de Obispos Católicos de Oceanía. “En Australia hemos iniciado un proceso de consulta, comunicación y discernimiento en pequeños grupos. Oceanía es un continente rodeado de agua, y más que cómo caminar debemos preguntarnos cómo navegar: en territorios distantes a mil millas entre sí, la comunicación es un desafío, incluso en un mundo digital”, ha explicado. “Sentarse alrededor de una mesa e interactuar con personas de todo el mundo es la riqueza de este Sínodo”.
Por su parte, Renée Ryan, profesora de Oceanía, ha asegurado que “se pone mucho énfasis en la cuestión del sacerdocio femenino”. Por ello, ha subrayado la necesidad de “no distraernos con cuestiones individuales, sino preguntarnos qué es lo que realmente quieren las mujeres, como un mayor apoyo a la familia, incluso económico, para no vernos obligadas a elegir entre la familia y el trabajo. La ordenación de las mujeres al sacerdocio no es su primer problema”.