El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se ha unido a la oración de centenares de jóvenes cordobeses con los que ha compartido la incertidumbre de las horas previas al “fatal desenlace” de la muerte de Álvaro Prieto. Ante la noticia, el prelado ha dicho a los jóvenes que “nos toca rezar y pedirle a Dios y a su Madre Santísima que lo acojan en su seno”. Para sus familiares ha pedido a Dios que “les conceda fortaleza y esperanza en el cielo, que es hacia donde caminamos”.
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Fernandez ha invitado a todos los jóvenes que han estado pendiente de conocer su paradero, a sus amigos y allegados, a aprovechar esta circunstancia para pedirle a Dios por Álvaro Prieto, por su eterno descanso, por su familia más cercana y por todos los jóvenes de Córdoba, “de manera que una circunstancia como esta nos acerque más a Dios”.
El Cabildo Catedral de Córdoba ha ofrecido hoy la misa capitular del día por el eterno descanso del fallecido y ha suspendido la rueda de prensa prevista para esta mañana. Esta tarde se ha convocado una Hora Santa por Álvaro Prieto en la Parroquia de San Pelagio Mártir de Córdoba. El grupo Hakuna Córdoba ha hecho pública una invitación a participar en la oración.
Oraciones por todo Córdoba
Hasta el día antes del hallazgo del cuerpo de Álvaro Prieto se han sucedido los encuentros de jóvenes para rezar por él y su familia. Ayer, día en que se ha conocido su muerte tras encontrarse el cuerpo en un tren en las cocheras de la estación de Santa Justa (Sevilla), jóvenes cordobeses se habían dado cita en la parroquia de La Inmaculada y San Alberto Magno para celebrar la Eucaristía en memoria del joven fallecido. También en el oratorio de Guadaira en Sevilla se difundió la celebración de la Eucaristía “para que el Señor reciba su alma”.
El día anterior al hallazgo de su cadáver, cientos de amigos y allegados del joven Álvaro Prieto se reunieron en la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza de Córdoba para celebrar la Eucaristía y rezar con dolor y actitud de hondo respeto, según el párroco del popular templo cordobés. Una vez conocida su muerte, centenares de jóvenes montillanos se dieron cita ayer en la Basílica de San Juan de Ávila para rezar y celebrar la Eucaristía.
