“Donde reina el clericalismo hay una Iglesia sin misión. Los clericalistas solo quieren mantener el ‘statu quo’ porque este consolida su poder”. Así de contundente se ha mostrado el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo de la Sinodalidad, que ha abierto hoy la 12ª Congregación General dedicada al cuarto módulo del ‘Instrumentum laboris’ sobre el tema ‘Participación, responsabilidad y autoridad. ¿Qué procesos, estructuras e instituciones en una Iglesia sinodal misionera?’.
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Asimismo, el arzobispo de Luxemburgo ha querido dejar claro que repensar la autoridad en la Iglesia no significa “cuestionar” la de los ordenados, sino que busca redibujar la “corresponsabilidad en la misión”.
Esta renovación en el servicio de la autoridad es uno de los cuatro puntos en los que se detendrán los próximos días los padres y madres sinodales. Los otros tres son la creación de estructuras e instituciones sinodales, la construcción de redes entre las Iglesias locales y la potencialidad de la propia institución del Sínodo.
Todas estas cuestiones son “delicadas, porque afectan a la vida concreta de la Iglesia y también al dinamismo de crecimiento de la tradición: un discernimiento equivocado podría romperla o congelarla. En ambos casos la mataría”. Cuestiones, por tanto, “que requieren ser afrontadas con precisión de lenguaje y de categorías”. Por eso, el cardenal exhorta a teólogos y canonistas a “ayudar” a la reflexión: “No tengamos miedo de cuestionarlas”.
Misa en San Pedro
Por su parte, Gintaras Grušas, arzobispo de Vilna y presidente de la Conferencia Episcopal Lituana, presidió la misa que abre esta 12ª Congregación en la Basílica de San Pedro. Hablando sobre la paz ante la oleada de violencia en Tierra Santa ha recordado que “cada bautizado, habiendo recibido la gracia salvífica de Dios, debe ser un canal activo de la paz”.
Por otro lado, en relación a los trabajos del Sínodo, ha recalcado a los padres y madres sinodales que “estamos llamados a permanecer fieles en el compromiso de caminar juntos en la vida de la Iglesia y en las dificultades del camino, incluso cuando no está claro dónde Dios nos está llevando a corto plazo”.
“Mientras seguimos hablando de qué procesos, estructuras e instituciones son necesarias en una Iglesia sinodal misionera, debemos asegurarnos de que estos ayuden efectivamente a la misión de llevar la Buena Nueva a quienes tienen necesidad de salvación”, ha señalado, para luego rematar: “La sinodalidad (incluidas sus estructuras y sus reuniones) debe estar al servicio de la misión de evangelización de la Iglesia y no convertirse en un fin en sí misma”.