El arzobispo emérito de Tánger advierte del peligro de crear una conciencia social de rechazo durante su participación en la primera de las conversaciones que ha puesto en marcha el Fòrum Cristianisme
La necesidad de “tomar conciencia de lo que están viviendo” se erige como una de las vías para afrontar y solucionar los problemas que plantean los inmigrantes que tratan de llegar a nuestros territorios en busca de una oportunidad de vida mejor. Así lo considera Santiago Agrelo, franciscano y arzobispo emérito de Tánger, diócesis en la que estuvo al frente entre 2007 y 2019. Agrelo considera que “solo quienes recorren los caminos de la inmigración pueden conocer la realidad profunda de lo que significa”.
Agrelo ha participado de forma online en la primera de las conversaciones que ha puesto en marcha el Fòrum Cristianisme que ha programado diversas iniciativas entre este mes de octubre y el de abril de 2024 bajo el epígrafe ‘Visión cristiana de las migraciones’. El arzobispo emérito de Tánger se mostró muy crítico con las políticas migratorias y la estrategia que sigue la Unión Europea porque “llevan mareando la perdiz muchos años y los muertos se incrementan” en las vallas o en las pateras que tratan de cruzar el Mediterráneo. Calificó esta estrategia como “una montaña de palabras que no dicen nada, palabras vacías mientras los inmigrantes siguen muriendo” y añadió que “las palabras son el desván de la política para ocultar la falta de soluciones”.
Santiago Agrelo reconoció estar “obsesionado con los pobres” y afirmó que “no es evangélico dedicar la predicación a hablar del cielo y no de la tierra”. El arzobispo emérito de Tánger confesó que su visión sobre la migración cambió tras llegar a Marruecos. “Antes de ir me parecía normal que hubiera muertos en la frontera porque mi sentimiento era el que transmitían los medios y las políticas vigentes, con la despersonalización de los comunicados y las noticias que no decían nada de lo que pasaba en la frontera. Cuando llegué me encontré con los supervivientes de aquella tragedia”. A través de las historias de las personas, reconoce, cambió su percepción sobre el problema.
A lo largo de la conversación que moderaba Francesc Aracil, Santiago Agrelo también apuntó una visión crítica hacia la postura de los que se reconocen cristianos frente a la situación que plantean los inmigrantes. “En el fondo se trata del rico Epulón y el pobre Lázaro. Partimos de una posición de superioridad frente a los demás. Estamos creando una conciencia social de rechazo a alguien que necesita de nosotros. Y eso un cristiano jamás se lo puede permitir”. Añadió, además, que “en nuestras comunidades tenemos una cierta alergia a la pobreza y a los pobres. Y eso se convierte en alergia a los inmigrantes y a los musulmanes”.
Santiago Agrelo aseguró que el diálogo “no sirve para que nos encontremos. Sí sirve para evitar fricciones, para conocernos. El encuentro sucede en la calle, en la actividad cotidiana”. Abogó por practicar un “diálogo al modo de Dios, que siempre dialoga con nosotros perdiendo, poniéndose el último, porque lo que importa no es la verdad, es el amor”.
La conversación con Santiago Agrelo reunió cerca de 150 personas, tanto presencialmente en el Centro Arrupe de Valencia como en la retransmisión online, en la primera actividad que ha programado del Fòrum Cristianisme y que se plantea como un espacio de escucha, conversación, creatividad y amistad.