Aunque desde hacía meses ya se venía especulando con ello, este jueves 19 de octubre fue cuando el Parlamento ucraniano dio el primer paso con una votación en la que, por abrumadora mayoría (267 votos favorables por 15 en contra), se apoyó la prohibición de las comunidades eclesiales “que estén afiliadas a los centros de influencia de una organización religiosa cuyo base esté ubicada, fuera de Ucrania, en un estado que lleve a cabo una agresión armada contra el país”.
Así, aunque no se la cite expresamente, estamos ante una medida que busca la anulación de cualquier actividad de la Iglesia ortodoxa ucraniana vinculada históricamente al Patriarcado ortodoxo de Moscú, pastoreado por Kirill, gran benefactor espiritual de Putin y de su decisión de invadir el país vecino.
Una segunda votación
Aunque, por ahora, solo es el primer trámite y ha de pasar por una segunda votación en la Duma ucraniana antes de convertirse en un proyecto de ley que debería ratificar el presidente, Volodímir Zelenski, parece evidente que la amenaza es real contra la comunidad dirigida por el patriarca a Onufriy, metropolita de Kiev y de toda Ucrania. Y eso que, pese a ser este históricamente fiel al Patriarcado de Moscú, a los tres meses de iniciarse la invasión rusa, se separó de ella de un modo oficial, condenando con fuerza el belicismo de Putin y deplorando el apoyo a este de Kirill.
Pese a ello, las autoridades ucranianas no creen en la sinceridad de su posicionamiento y denuncian que varios de sus clérigos están actuando como agentes de Moscú y, dentro del territorio ucraniano, les pasan a sus militares información sensible que les ayuda en el transcurso de la guerra.
Iglesia Autocéfala
De confirmarse esta prohibición del Patriarcado de Kiev y de toda Ucrania, liderado por Onufriy, se fortalecería aún más a la Iglesia Autocéfala Ucraniana. Encabezada por Epifaniy, con el apoyo expreso de Bartolomé, patriarca ecuménico de Constantinopla, la otra gran corriente ortodoxa mundial, culminó, en diciembre de 2018, su afán de autonomía respecto a Moscú y, tras romper con tres siglos de subordinación a su Iglesia, se erigió como la decimoquinta Iglesia ortodoxa a nivel mundial. Esto, condenado tajantemente por Kirill, provocó un cisma en el seno de la ortodoxia, cuyas consecuencias no han hecho sino agravarse en estos cinco años.
Hasta ahora, aunque sus relaciones han sido muy tirantes, en Ucrania han convivido las dos Iglesias ortodoxas. Una, la nueva y plenamente autónoma, y otra, la históricamente ligada a Moscú, pero que, tras la guerra, ha manifestado su independencia de Kirill y de Putin. Por lo visto, sin éxito, pues el Parlamento ha dado un paso en firme para ilegalizarla por sus supuestas conexiones ocultas con el Kremlin.
Дякую кожному з 267-ми народних депутатів України за підтримку в першому читанні урядового законопроєкту, який забороняє підлеглість релігійних організацій в нашій державі центрам у РФ – країні агресорі.
Разом ми повинні зробити все необхідне для захисту духовного простору…
— Митрополит Епіфаній (@Epifaniy) October 19, 2023
“¡Bendición de Dios!”
A través de su cuenta de Twitter, Epifaniy no dudó en aplaudir con entusiasmo la acción de la Duma: “Agradezco a cada uno de los 267 diputados del pueblo de Ucrania por su apoyo en la primera lectura del proyecto de ley gubernamental que prohíbe la subordinación de las organizaciones religiosas de nuestro país a los centros de la Federación de Rusia, el país agresor. Juntos, debemos hacer todo lo necesario para proteger el espacio espiritual de Ucrania de la agresión híbrida rusa, de la misma manera que las fuerzas de defensa protegen el espacio físico. Espero que el Parlamento prepare rápidamente el proyecto de ley para la segunda lectura y lo apoye en su conjunto. Hago un llamado a todos los que apoyan la protección del espacio espiritual ucraniano de la agresión de Moscú. ¡Bendición de Dios!”.