La Iglesia española ya tiene su Día del Orgullo… de la Fe. Concretamente, ‘Orgullosos de nuestra fe’ es el lema que propone el Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia para la campaña del Día de la Iglesia Diocesana, que este año se celebra el 12 de noviembre, con el fin de “recordar y agradecer nuestra pertenencia a una comunidad cristiana”.
La Conferencia Episcopal Española invita con su campaña a los creyentes a quitarse ese “sentimiento” de “cierta vergüenza” para “mostrar lo que somos y lo que hacemos, con humildad, convencidos de que Cristo y el Evangelio hacen de este mundo un lugar mejor”. Y es que, tanto Joseba Segura, obispo responsable del Secretariado, como José María Albalad, director, han hecho hincapié en el temor de algunos cristianos a mostrar su fe en una sociedad cada vez más ajena al hecho religioso.
“Con el lema no queremos combatir nada. Es una campaña creada en positivo, sin ninguna estrategia, sino para resaltar una cuestión básica que está de acuerdo a nuestro ADN, que es sentirnos parte de una familia”, ha señalado Albalad al ser preguntado sobre si la campaña busca un Día del Orgullo como tiene la comunidad LGTBI.
“Hay temas de los que no podemos estar orgullosos, desde luego, pero de otras muchas sí”, ha dicho Segura en referencia, aunque sin citar, a temas como los abusos. Y ha añadido: “No queremos equilibrar las noticias negativas, pero sí resaltar la labor pastoral de la Iglesia”.
En aras de hacer a todos los cristianos corresponsables del sostenimiento de la Iglesia, los obispos proponen cuatro formas de colaboración: la oración, el tiempo, las cualidades y el apoyo económico.
En primer lugar, “puedes rezar por tu parroquia porque tu oración es necesaria y será el alma de toda la actividad que se realice. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes”.
En segundo lugar, invitar a “dedicar algo de tu tiempo en tu parroquia a los demás. El tiempo que puedas: media hora, una, tres horas… Lo que se ajuste a tu situación de vida”.
En tercer lugar, reconocen que “cada uno puede aportar un poco de lo que sabe: una sonrisa cercana, una mano que apoya un hombro desconsolado, remangarse cuando sea necesario, acompañar en silencio al que sufre”.
En cuarto lugar, con los donativos: “Con tu aportación periódica ayudas más, porque permiten elaborar presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a medio y largo plazo”.
El Episcopado también recuerda, con motivo de esta campaña, que la colaboración de todos los católicos sirve para que más de cuatro millones de personas hayan podido ser atendidas en centros asistenciales de la Iglesia.