Misión Ad Gentes: reunión virtual de los misioneros argentinos

27/10/2023 | Roxana Alfieri

Los misioneros buscaron conocerse, fortalecer los vínculos y compartir experiencias misioneras

Cuarenta misioneros, desplegados en los cinco continentes, se reunieron en la llamada “mateada misionera” para celebrar el encuentro y la misión, en el marco del mes dedicado a las misiones, el “octubre misionero”.

Coordinó esta convocatoria, desde la Secretaría de la Propagación de la Fe, el Equipo Nacional Ad Gentes de las Obras Misionales Pontificias, y participó el P. Fernando Sánchez CM, director nacional de las OMP, representantes de la Conamis (Consejo Nacional de Misiones), organismo dependiente de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Argentina.

Religiosos, religiosas, sacerdotes diocesanos, laicos y misioneras consagradas fueron los protagonistas de esta jornada que testimonian, a diario, con sus vidas y dones la noble causa de la vocación misionera.

Unión espiritual

El objetivo de esta reunión fue unir virtualmente a los misioneros argentinos, que representaron localidades de todos los continentes y que se encuentran dispersos por el mundo, para conocerse, compartir experiencias, fortalecer lazos y establecer un contacto más frecuente.

Los participantes pudieron dialogar de corazón, compartir sus historias y vivencias, lo que facilitó la unión espiritual más allá de la distancia física. Según sus propias expresiones, esta “mateada” les permite fortalecer la comunidad misionera y ofrecer pistas valiosas sobre cómo apoyarlos en su tarea, cómo motivar a las diócesis en la animación y cooperación misionera, y en el compromiso con la misión universal de la Iglesia.

El compromiso con la misión ad gentes de cada uno de los misioneros es un faro de esperanza y un recordatorio de que la tarea es continua y trasciende fronteras y culturas. Cada uno de ellos aporta y contribuye, desde la entrega y dedicación, al llamado a salir que permanentemente realiza la Iglesia.

La labor de los misioneros ad gentes, más allá de los propios desafíos, siguen siendo una fuente de inspiración para todos, y sus historias una invitación a unirnos a esta causa en la que la evangelización no conoce fronteras.