Músico, compositor, guionista, director, productor, montador y ahora también vitivinícola, pues está comercializando un vino llamado Maktub, con Marqués de Riscal. El creador de la Fundación Aladina acaba de estrenar su cuarto largometraje: ‘Mi otro Jon’, cuya cinta reinvierte todas las ganancias, de forma íntegra, para ayudar a los niños con cáncer.
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PREGUNTA.- La película arranca en su cabeza, en verano de 2021… ¿Cómo fue?
RESPUESTA.- Mi madre, Teresa García-Urtiaga, con 87 años, no paraba de decirme: “Paco, me duele todo, pídele a Dios que me lleve”. Y para intentar hacerle reír, me inventé una historia muy loca. Le decía: “He llamado a un sitio maravilloso donde te alquilan el cuerpo por tres días. Vas a poder bailar, beber vino –que no la dejamos–, pero lamentablemente estás en lista de espera, y solo les quedan cuerpos de camioneros vascos” (ella es vasca). La carcajada de mi madre todavía la estoy escuchando. Y cada noche, ese verano, iba incrementando mi historia y al final de las vacaciones vi que ahí había un guión.
Un cuento para reír
P.- ¿’Mi otro Jon’ buscaba el surrealismo?
R.- Es un cuento y es permisible toda locura que se te ocurra. Yo opté por meterme en ese laboratorio de ficción para reírnos de todo.
El don de la fe
P.- Detrás de la historia, subyace algo, además de lo que nos ha contado… ¿qué quería expresar?
R.- Que después de esta vida hay otra, lo primero. Que tenemos que medir las cosas en su justa medida. Que la muerte lamentablemente nos llegará a todos pero que no hay que comerse la vida con patatas, que tenemos cosas en nuestro entorno importantes y las pasamos por alto. El mensaje es más profundo. Lo mío es tremendo: ¡Creo hasta en Harry Potter! Yo nací con el don de la fe. Vengo de una familia nada ortodoxa, con un padre ateo, pero no solo tengo una fe profunda, sino que los niños, en estos 22 años, me han enseñado cosas extraordinarias. Piensa que he perdido a demasiados, pero casi todos me han hablado del mismo cielo sin conocerlo. Cuando la gente me pregunta si creo, les respondo que no “creo” que “sé”, que es un paso más allá de la creencia. Yo trabajo para “el míster” y me debo a Él.
La Maura traviesa
P.- Trabajar con Carmen Maura siempre es un premio…
R.- Eso es simple y llanamente una maravilla porque ella es un lujo. Quería sacar a la Carmen traviesa y divertida y lo conseguí porque se apasionó. (…)