Esta tarde, en el Aula Pablo VI, el papa Francisco ha recibido en audiencia a 7.500 niños y niñas procedentes de 84 países de todo el mundo con motivo del evento organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación ‘Los niños encuentran al Papa’, el cual se ha celebrado con el tema: ‘Aprender de los niños y las niñas’.
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“A algunos les puede parecer un título un poco extraño: “¿Aprender de los niños? ¿Pero no son los niños los que tienen que aprender?”. Sí, por supuesto, y sin embargo es así: necesitamos aprender de ustedes”, ha asegurado el Papa durante su discurso.
“Habéis venido aquí de todas partes del mundo, como tantos hermanos que se reúnen en una casa grande”, ha continuado. “Es la casa grande que Jesús nos dio, la gran familia de la Iglesia, abierta a todos los niños del mundo. Porque así debe ser: vaya donde vaya, cada niño de este mundo debe sentirse siempre como en casa, siempre aceptado con mucho amor, con una bonita sonrisa, con un abrazo, con una caricia”.
Y, aunque al Papa le habría gustado “poder acogeros a todos así, uno a uno, pero sois muchos, por eso me dirijo a todos vosotros juntos, y a través de vosotros a los niños y niñas de todo el mundo para traeros, con mi abrazo, el abrazo de Dios, de la Iglesia y de toda buena persona”. Además, ha respondido a las preguntas que le han hecho algunos de los pequeños, como Isadora, de Brasil, quien le ha preguntado si los niños “pueden salvar la tierra”. “Sí”, ha asegurado Francisco, “porque sois sencillos y entendéis que destruir la Tierra es destruirnos a nosotros”.
Niños ante la guerra
También ha contestado a Ivan, un pequeño ucraniano que le ha cuestionado sobre cómo hacer la paz. “Esta es una pregunta muy difícil”, ha señalado el Papa, ya que “es más fácil decir cómo se hace la guerra, porque la guerra se hace mediante el odio, mediante la venganza”. La realidad, como ha señalado Francisco, es que “no hay un método para aprender a hacer la paz. Hay un gesto: la paz se hace con el corazón y la mano extendida”.
Kim Ngan, de Vietnam, le ha preguntado cómo pueden hacer los niños para ser escuchados por los adultos. “La gente está muy preocupada por muchas cosas, muchas cosas y se olvidan de escuchar a los niños”, ha dicho Francisco. “Pero hay que decir las cosas como las ves, decir la verdad, decir lo que sientes porque vuestra voz es necesaria”.
Asimismo, Antranik, de Siria, ha llevado una dura realidad al Vaticano: la de esos niños que “mueren en la guerra sin que nadie les defienda”. Algo que, para el Papa, es la forma más clara de demostrar “la crueldad de la guerra”, que cobra víctimas inocentes. Por todos ellos, el Papa, acompañado de estos niños, ha rezado.
