Los arzobispos de Valladolid y de Oviedo, Luis Argüello y Jesús Sanz, se han pronunciado este domingo en contra de la amnistía al independentismo catalán que tiene previsto aprobar el Gobierno de Pedro Sánchez con el fin de obtener el respaldo suficiente para su investidura. Ambos se pronunciaron en redes sociales.
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Por un lado, Argüello posteó que “la amnistía podría ser valiosa si fuera recíproca y los amnistiados renunciaran a un proceso ilegal y unilateral, si fuera fruto de un acuerdo con mayoría cualificada, si no amparase la violencia contra las personas”. Por su parte, Sanz valoró que “la amnistía no es un borrón con cuenta nueva. Los que delinquieron grave y violentamente contra la convivencia destruyendo un Estado de derecho, determinan con su moneda de cambio el futuro de un pueblo”.
La línea a seguir
Ambas reflexiones tuvieron lugar horas después de que desde el diario ‘Abc’ se cuestionara “el silencio de los obispos antes la amnistía”. ¿Efecto llamada o coincidencia fortuita? Lo cierto es que el posteo de ambos prelados se desmarcaría de la que parecía ser la línea a seguir desde el Episcopado español ante las negociaciones abiertas por los socialistas con el separatismo catalán, máxime cuando ya se generó hace algo más de un mes un conato de disenso que fue reconducido en aras de la comunión.
La amnistía podría ser valiosa si fuera recíproca y los amnistiados renunciaran a un proceso ilegal y unilateral, si fuera fruto de un acuerdo con mayoría cualificada, si no amparase la violencia contra las personas. Si no es así, amenaza la convivencia a la que dice servir.
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) November 5, 2023
Tras la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española el 26 y 27 de septiembre que reunió a una treintena de obispos, el secretario general del Episcopado, César García Magán, expuso en rueda de prensa su visión sobre esa posible amnistía todavía hoy sin detallar. “Es bueno para todos, para una sociedad y para un país el respeto a la legalidad vigente”. “En este país hubo una amnistía en el cambio de régimen”, señaló, para asegurar a continuación que ahora “no estamos ante una situación excepcionales que requiera herramientas excepcionales”. Con cautela, añadió entonces que “no me consta que el presidente Sánchez haya dicho explícitamente que vaya a utilizar esta medida”. En cualquier caso, en caso de producirse, apeló a “los técnicos” para que valoren su viabilidad.
Reflexión personal
A pesar de expresarse con un tono más diplomático que el de Argüello y Sanz ayer, desde la Conferencia Episcopal matizaron posteriormente que lo dicho por García Magán era tan solo una reflexión personal que no representaba el sentir del grueso de los obispos. Solo 48 horas después de las manifestaciones del también obispo auxiliar de Toledo, el Episcopado catalán entraba en esta cuestión a través de un comunicado.
La amnistía no es un borrón con cuenta nueva. Los q delinquieron grave y violentamente contra la convivencia destruyendo un Estado de derecho, determinan con su moneda de cambio el futuro de un pueblo. Cómplices q venden lo ajeno por un plato de lentejas para seguir en el poder.
— jesus sanz montes (@jsmofm) November 5, 2023
La Conferencia Episcopal Tarraconense, que aglutina a las diez diócesis catalanas, exponía que “los pastores de una Iglesia que es afortunadamente plural debemos mantener una neutralidad edificante y respetuosa, neutralidad que solo podemos romper cuando se lesiona el derecho a la dignidad del ser humano, centro de toda la Doctrina Social de la Iglesia”. Los prelados no se revolvían contra García Magán, pero sí aclaraban que, “se centró sobre todo en una valoración jurídica personal del tema que ―según él― no implicaba ni negar ni apoyar a la amnistía”. No hay que olvidar que el propio presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, forma parte de la Tarraconense como arzobispo de Barcelona.
El recorrido de la Tarraconense
Esta “neutralidad” que defienden ahora los obispos catalanes supone un salto hacia la moderación, por ejemplo, con respecto al apoyo explícito que algunos mostraron ante el referéndum ilegal de 2017 y a los indultos a los políticos independentistas concedidos en 2021, cuando respaldaron la necesidad de aplicar “medidas de gracia” acompañadas de un “perdón sincero” y desde “el respeto de la justicia”.
El asunto no quedó ahí, sino que un día después, el sábado 30 de septiembre la polémica se lleva a Roma. En el marco del consistorio que creó cardenal, entre otros, al arzobispo de Madrid, José Cobo, la Embajada de España ante la Santa Sede fue el escenario elegido para limar cualquier tipo de aspereza con Moncloa. Según pudo confirmar en su momento ‘Vida Nueva’, hubo una conversación entre un responsable de la Conferencia Episcopal y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
No enzarzarse
En ese diálogo, se le habría manifestado a Bolaños que el Episcopado se mantendrá al margen de la amnistía en las próximas semanas y meses, alineados con la Tarraconense. Es más, se le recordó al ministro la línea que la Conferencia Episcopal Española ha mantenido en estos últimos años en el enjambre catalán: no enzarzarse.
Con este recopilatorio de hechos precedentes y con el principio de no injerencia a priori asentado, el pronunciamiento tanto de Luis Argüello como de Jesús Sanz vendría a distanciarse de esta postura. El arzobispo de Oviedo pertenece a la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española, el órgano colegiado formado por diez obispos, que lidera el pilotaje de los asuntos ordinarios y de urgencia de la Iglesia, por lo que no se trata de una voz menor. Por su parte, el arzobispo de Valladolid, forma parte de la Comisión Permanente en la que también participa Jesús Sanz, y conformada por una treintena de obispos que tienen como misión preparar las asambleas plenarias y aterrizar las medidas que se adoptan en ellas.