El Consejo de Líderes Eclesiásticos suspende todas las “fiestas públicas” y llama a vivir las ceremonias litúrgicas con “sobriedad”
Más de un mes después desde que, el 7 de octubre, Hamás lanzara un ataque terrorista contra Israel que causó 1.500 víctimas y de que el Ejecutivo de Netanyahu respondiera con un asedio a Gaza por tierra y aire, con más de 10.000 muertos en la franja palestina, los esfuerzos de la comunidad internacional por conseguir un alto al fuego son infructuosos.
Por ello, tal y como ha anunciado el Consejo de Líderes Eclesiásticos de Jordania, que integra a todas las confesiones cristianas del país, la próxima Navidad no se “celebrará” con los habituales “momentos convivenciales y festivos que suelen acompañar” estas fechas.
Como se destaca en un comunicado recogido por ‘Fides’, “en señal de respeto y cercanía a las víctimas inocentes de las operaciones militares en curso en la Franja de Gaza y los Territorios Palestinos”, que sufren numerosas “atrocidades” estas semanas, solo tendrán lugar, dentro de los templos, las ceremonias que recuerdan el nacimiento de Jesús. Pero, más allá de las liturgias, que se pide vivir con “sobriedad”, ningún elemento externo o “fiesta pública” reflejará que es Navidad en el corazón de Tierra Santa.
Así, en señal de luto, no habrá “ni mercadillos navideños, ni desfiles de scouts y bandas de música, ni conciertos y procesiones, ni fiestas para el reparto de regalos a los niños”.
Mientras, las Iglesias jornadas continúan volcándose para poder hacer llegar algo de ayuda a los habitantes de Gaza. Para ello, se pide a los fieles que participen con “donativos y ofrendas” de cara a una “colecta especial” que se celebrará en todas las comunidades eclesiales del Reino este próximo domingo 12 de noviembre.
Pese a la trágica situación, la Santa Sede no se rinde y está intensificando su labor diplomática. Y al más alto nivel, pues, el domingo 5 de noviembre, “a petición de Irán”, hablaron por teléfono el papa Francisco y el presidente persa, Ebrahim Raisi. Cinco días antes habían hecho lo mismo Paul R. Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, y Hossein Amir-Abdollahian, ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica. Aunque por parte vaticana no se dio detalles de lo abordado entre el Papa y Ebrahim Raisi, la oficina del presidente de Irán sí detalló en un comunicado que su líder llamó a Francisco a tratar de detener “el mayor genocidio del siglo”, que a su juicio es el que está perpetrando Israel en Gaza. También le reclamó que explique a Occidente cuáles son “la posición del reprimido y la del represor”.
Horas antes de esta conversación telefónica, en el ángelus dominical, Bergoglio renovó su llamada a que cese la violencia: “No dejo de pensar en la grave situación de Palestina e Israel, donde tantas personas han perdido la vida. Por favor, basta, en nombre de Dios: ¡alto el fuego!”. En este sentido, Francisco fue claro al advertir que no puede haber excusas para que cese un ancestral conflicto cuya última crisis está resultando especialmente mortífera: “Espero que se recorran todas las vías para evitar a toda costa una escalada del conflicto, que se pueda socorrer a los heridos y que las ayudas lleguen a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima. Los rehenes deben ser liberados inmediatamente”.
Y es que “entre ellos también hay muchos niños… ¡Que vuelvan con sus familias! Sí, pensemos en los niños, en todos los niños implicados en esta guerra, así como en Ucrania y en otros conflictos: así se está matando su futuro. Recemos para que se tenga la fuerza de decir ‘basta’”.
En las últimas semanas, el Papa, que lidera buena parte de la labor diplomática de la Santa Sede, ya habló telefónicamente con los presidentes de Estados Unidos, el católico Joe Biden (el 22 de octubre); el turco, Recep Tayyip Erdogan (el día 26); y con el de la propia Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas (el 3 de noviembre).
En esta conversación, como destacó la agencia WAFA, el líder de la ANP agradeció la implicación papal y mostró su rechazo “al desplazamiento de palestinos de Gaza, Cisjordania o Jerusalén”, pidiendo “implementar una solución política basada en la legitimidad internacional para que el pueblo palestino obtenga su libertad, independencia y soberanía”.