Del 3 al 8 de noviembre, en Lourdes, la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) ha celebrado su Plenaria de otoño. Un encuentro en el que, como manifestó el presidente, Eric de Moulins-Beaufort, en su discurso de apertura, los obispos han discernido sobre las luces que han vivido en estos meses: “La alegría por la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, el consistorio de Roma y la creación de dos cardenales franceses, así como la visita del Papa Francisco a Marsella”.
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Pero, a su vez, los pastores “no pueden ocultar su preocupación por los conflictos en el mundo, empezando por “la conquista de Nagorno-Karabaj por Azerbaiyán”, que provocó “la huida forzada de 100.000 armenios” y la consecuente “destrucción del patrimonio artístico y religioso armenio en esta región”. A ello se unen otros conflictos, como el que padecen “los ucranianos” desde hace casi dos años y, en las últimas semanas, la resquebrajada búsqueda de “la paz en Israel y Palestina”.
“Odio al pueblo de Israel”
En este sentido, el arzobispo de Reims alertó “sobre el antisemitismo que vuelve a extenderse” en toda Europa, Francia incluida. Algo que evidencia “el desprecio hacia el pueblo de Israel, e incluso el odio hacia él”. Y es que quienes caen en esta lacra “no expresan simplemente la cólera ante la injusticia”, sino “el deseo de negar al pueblo de la alianza con Dios”. Igualmente, Moulins-Beaufort mostró su cercanía y “comunión” con “la población de Gaza, sometida a terribles bombardeos”. Por ello, urge “reanudar las negociaciones para una solución duradera a favor de los palestinos, que tienen derecho a un territorio libre y a un Estado, así como a favor del Estado de Israel”.
Como destaca ‘Vatican News’, los prelados galos han discernido en torno a tres temas principales: “La misión, la transformación pastoral de las diócesis y de la CEF y la acogida de los adultos víctimas de la violencia clerical o laica, incluso en las asociaciones de fieles”.
Mensaje papal
A tal tarea les ha animado el papa Francisco, que ha enviado un mensaje al Episcopado. En su misiva, recordando su visita a Marsella, los días 22 y 23 de septiembre, Bergoglio les reclama una acogida integral a los migrantes: “Sigamos mirando al Mediterráneo, para recibir de él las sorprendentes y demasiado a menudo desgarradoras lecciones que nos da”.
A nivel pastoral, Francisco les pide insistir en “la búsqueda de un servicio cada vez más misionero al santo Pueblo de Dios”, para que el Espíritu Santo sea “el protagonista” de un caminar conjunto “en un espíritu sinodal en armonía con la Iglesia universal”, creando “armonía en el respeto de la diversidad de voces”.
