España

El cardenal José Cobo, contra la violencia desatada por la amnistía en Madrid: “La convivencia es discusión amable sin la destrucción del otro”





El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, se estrenó hoy como responsable de la Iglesia que camina en Madrid en la fiesta de Nuestra Señora de la Almudena con una llamada a la convivencia y a la templanza frente a la tentación de “demonizar al rival” y  a la visión apocalíptica que “las instituciones se tambalean”.



Esta invitación a la calma llega en medio la encrucijada social provocada por las negociaciones para la investidura y protestas en las calles de la capital con disturbios incluidos. Frente a los obispos que en estos días se han enredado con la amnistía, Cobo ha evitado enredarse en postulados políticos. Es más, ha subrayado que “la convivencia no es homogeneidad ni uniformidad de pensamiento”. Incluso llegó a afirmar que no es de recibo “exaltar una única ideología, incapaz de convivir con otras visiones del mundo”.

Discusión amable

El purpurado expresó que “la convivencia es la capacidad de salir de nuestro espacio para entrar en otro donde aprendemos a asumir diferencias, y hasta conflictos, sin convertirlos en motivo para la destrucción del otro”. “Esto no supone relativizar -aclaró-, decir que todas las visiones son exactamente iguales y que por el mero hecho de que alguien sostenga una idea, esa idea ya es válida, claro que no”. Cobo explicó que “la convivencia es diálogo, y es también discusión amable. Es tratar de trabajar por aquello que uno cree mejor para la sociedad. Pero sin convertir al rival en enemigo”.

Así lo expresó esta mañana en la misa con motivo de la  patrona de Madrid, una eucaristía que coincide con los 75 años de su coronación canónica. La celebración arrancó a las once de la mañana en la Plaza de la Armería, ubicada entre la catedral y el Palacio Real y en ella concelebraron, entre otros, sus predecesores en Madrid, los cardenales Carlos Oroso y Antonio María Rouco Varela, así como el nuncio Bernardito Auza. Además, el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida, renovó el voto de la Villa a la Virgen en un espacio repleto de fieles y bajo la mirada de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Heridas de las sociedad

Aunque Cobo no hizo referencias explícitas a los vaivenes políticos, sí dejó caer que “hoy vivimos en un mundo donde desgraciadamente hay llanto, muerte, luto y dolor”. “Y no me refiero únicamente a guerras lejanas, que desgraciadamente ahí están, sino a tantas heridas que asolan nuestro país, nuestra sociedad y sí, creo que también, a  nuestra Iglesia”, dejó caer el purpurado.

“Vivimos tiempos extraños, tiempos de profundos desencuentros”, insistió, sabedor de que “es fácil mirar a cualquier lado y percibir la ira, la incomunicación, la dureza que se nos está instalando en la entraña”. Para el cardenal, este contexto hace que “respiremos pesimismo” y que se lleve a “añorar el pasado” de una manera nostálgica e idealizada que permitía “convivir desde la diferencia”.

El riesgo de levantar muros

Es más, relató algunas “conversaciones” cotidianas que hablan de “preocupación por el presente, crítica del ruido en esta sociedad de la comunicación, sensación de que las instituciones se tambalean, miedo al futuro, polarización ante cualquier cuestión…”. Esto es, una vez más, sin aterrizar en el barro del día a día, Cobo hizo suyo el convulso escenario político y social que vive España y que tiene en la capital como foco más visible.

“Hay que tener cuidado con esa mirada derrotista”, alertó el arzobispo de Madrid, con el riesgo de buscar “a los que poder acusar de los deterioros, algo que solo sirve para enconar el enfado y levantar muros más altos”.  “En el extremo opuesto, tampoco sería muy lúcido enaltecer el mundo de hoy sin capacidad crítica, cerrando los ojos a problemas que pueden ser muy reales”, añadió.

Pistas desde María

Con esta perspectiva, presentó a la Virgen María como aquella que “indica el camino para encarar el presente y construir ese futuro de fraternidad y convivencia en Dios”. Para Cobo, la Madre de Jesús ofrece “pistas para una convivencia valiosa y necesaria en nuestro mundo y nuestra ciudad” al servicio del “bien común”.

El cardenal expuso en su alocución que “María refleja la acogida y aceptación que todos necesitamos”. A partir de ahí, subrayó “el amor incondicional de Dios” para presentarse como un pastor que abre las puertas de la catedral y de la Iglesia que camina en Madrid a todos los ciudadanos: “Esta es vuestra casa, para que podáis venir con vuestras luces y sombras, que son parte del equipaje de cada uno”.

A partir de esta reflexión, subrayó cual es el papel que los católicos pueden jugar en medio de la capital: “Desde cada comunidad, allí donde  vive en cada barrio, la Iglesia despunta con rostro de vecino y vecina, muestra que la fraternidad es posible y visible”. “María os espera, como a Juan, en cada parroquia o comunidad cristina, como lo hace en esta catedral”, apostilló en su estreno como responsable de la archidiócesis en esta festividad.

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