Los obispos coincidieron en destacar el legado espiritual y las palabras del Venerable Siervo de Dios
En el marco de la 123° Asamblea Plenaria de los obispos argentinos se conoció la autorización del papa Francisco para promulgar el decreto sobre el milagro atribuido al cardenal argentino, Eduardo Francisco Pironio, Venerable Siervo de Dios.
La Conferencia Episcopal Argentina dio a conocer un mensaje en el que especifica que recibió “con enorme alegría la noticia”, que abre el camino a su beatificación.
“Recibir este anuncio en el momento mismo en que más de cien obispos, muchos de los cuales conocieron y compartieron con el entrañable Eduardo, nos encontramos reunidos celebrando su 123 Asamblea Plenaria ha sido un gesto de ternura de la Providencia para nosotros”, señalaron.
El plenario recordó que fue la misma Conferencia la que propuso y animó esta causa de canonización. Se trataba de un “hermano obispo que perteneció a este cuerpo episcopal”. Destacaron que, en su ministerio, tuvo como destinatarios predilectos a los pobres y a los jóvenes, además de servir con entusiasmo apostólico y creatividad pastoral a la Iglesia universal.
Mientras peregrinan a la Basílica de Luján, donde se encuentran los restos del futuro Beato a los pies de la Patrona de la Argentina, proponen a todo el Pueblo de Dios en Argentina “dejarnos interpelar por el testimonio y la palabra del querido Cardenal Pironio” ya que, con el signo luminoso de su beatificación, invita a renovar la esperanza “en tiempos difíciles”.
Con una carta firmada por los miembros de la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) dieron gracias a Dios y al papa Francisco por la noticia de la beatificación de quien fuera su secretario general (1968-1972) y presidente del organismo (1972-1974), Eduardo Francisco Pironio.
“Nos llena de alegría que la Iglesia llegue hoy a reconocer la santidad de un hombre profundamente humano y todo de Dios, un pastor que amó profundamente a la Iglesia y se entregó totalmente a ella”, señalaron.
Agregaron que el futuro beato fue fundamental en el proceso de consolidación del CELAM como organismo de comunión al servicio de todas las iglesias del continente. Tuvo la responsabilidad de ser uno de los artífices de la II Conferencia de Medellín que “dio forma al rostro de una Iglesia pobre, misionera y pascual. Un Iglesia centrada en Cristo y servidora de la humanidad”.
Los obispos latinoamericanos aseguraron que sus palabras siguen resonando en la actualidad, y aludieron a sus escritos pastorales del año 1973, para justificar tal afirmación. “es una Iglesia que sabe de su responsabilidad histórica. Pero, sobre todo, entiende que su fidelidad a Dios importa, antes que nada. Por eso acentúa su dimensión esencialmente religiosa. Y esto la lleva necesariamente, como en Cristo Jesús, a pensar en el hombre, su situación actual y su liberación definitiva”.
Asimismo, los miembros del CELAM resaltaron las palabras de Pironio con respecto a la Iglesia: “Es la Iglesia que todos expresamos y construimos en el dolor y la esperanza. Es la Iglesia que se renueva cotidianamente en la progresiva identificación con Cristo. Es la Iglesia que los hombres adivinan y reclaman como permanente presencia del Señor Resucitado. Es, por eso, la Iglesia de la Pascua”.
Estimaron que su legado espiritual continúa siendo una fuente de inspiración para quienes hoy continúan en la tarea de servir en el CELAM, al que consideraba un don providencial de Dios y al que, según sus palabras, lo “acogemos con gratitud, lo maduramos con generosidad y lo ofrecemos con sencillez”3.
Finalmente, saludaron a los obispos argentinos que impulsaron la causa, encomendaron al pueblo argentino a la protección de la Virgen de Luján, y se unen en oración de acción de gracias por el cardenal Eduardo Pironio.