Francisco recibe a los responsables de la Asociación Europea de Padres y les anima a crear un “pacto familiar” de la mano del Pacto Educativo Global”
El Papa considera que “es necesario proteger el derecho de los padres a criar y educar a sus hijos con libertad, sin verse obligados en ningún ámbito, particularmente en el sector escolar, a aceptar programas educativos que estén en conflicto con sus creencias y valores”. Es un desafío que ha llegado a calificar como “muy grande” y que ha lanzado a la Conferencia de la Asociación Europea de Padres, a los que ha recibido esta mañana en audiencia en el Palacio Apostólico Vaticano, en el marco de su asamblea general que se celebra en Roma.
Francisco los animó a incrementar la formación a sus hijos “en afectividad y sexualidad”, así como “defenderlos de amenazas como el acoso, el alcohol, el tabaquismo, la pornografía, los videojuegos violentos, los juegos de azar, las drogas, etc.”. Frente al “subjetivismo ético” y al “materialismo práctico”, Jorge Mario Bergoglio animó a los presentes educar desde el “humanizar plenamente al hombre”.
“La tarea educativa puede considerarse exitosa cuando los niños descubren la positividad fundamental de su existencia, de su estar en el mundo y cuando, fortalecidos por esta convicción, afrontan la aventura de la vida con confianza y valentía, convencidos de que también ellos tienen una misión que cumplir”, recordó a las familias presentes en la audiencia.
En esta misma línea, el pontífice remarcó que “la gran tarea educativa de los padres” pasa por “formar personas libres y generosas, que hayan conocido el amor de Dios y que den generosamente lo que saben que han recibido como don”. Es más, alertó del riesgo de aquellos niños que “crecen como ‘islas’, desconectados de los demás, incapaces de una visión común, acostumbrados a considerar sus propios deseos como valores absolutos”.
Así, con su habitual naturalidad, el Papa dijo que esta perspectiva vital lleva a configurar “niños caprichosos”. “¡Pero esto suele ocurrir cuando los padres son caprichosos!”, apostilló justo después. Esta dinámica es la que para Francisco lleva a una sociedad que “se deconstruye, se empobrece y se vuelve cada vez más débil e inhumana”.
A las familias presentes también las invitó a sumarse al Pacto Educativo Global “para consolidar el compromiso común con todas las instituciones que se ocupan de los jóvenes”, a la vez que les invitó a poner en marcha un “Pacto Familiar” entre “actores culturales, académicos, institucionales y pastorales, para poner en el centro la familia y sus relaciones”.