¿Cuáles son los siete verbos que budistas y cristianos están obligados a conjugar para trabajar juntos? Reconocer, dialogar, cultivar, cooperar, innovar, educar y orar. Así se pone de manifiesto en la declaración final del Séptimo Coloquio Budista-Cristiano, que se ha celebrado en Bangkok (Tailandia) desde el 13 de noviembre hasta hoy.
Organizado por el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y la Conferencia Episcopal Católica de Tailandia de la mano de organizaciones budistas, participaron alrededor de ciento cincuenta personas de ambas religiones procedentes de Camboya, Hong Kong, India, Japón, Malasia, Mongolia, Myanmar, Singapur, Sri Lanka, Corea del Sur, Tailandia, Taiwán, Reino Unido y la Santa Sede, además de un representante de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas.
“Estuvimos de acuerdo en que la humanidad actual vive en un mundo que cambia rápidamente, con consecuencias positivas y negativas para la familia humana y la Tierra”, advirtieron. Además, “nos reunimos en un momento crucial en el que personas de todo el mundo se enfrentan a una multitud de desafíos globales de los que nadie es completamente inmune”, señalan.
Sin embargo, “en estos tiempos difíciles, nos negamos a ceder a la desesperación, porque creemos firmemente que en medio de nubes oscuras, aquellos que están profundamente arraigados en sus respectivas tradiciones religiosas y dispuestos a trabajar junto con todos pueden traer un rayo de esperanza a una humanidad desesperada”.
“Como budistas y cristianos, vemos a Buda y a Jesús como grandes sanadores. Buda señaló la codicia y Jesús el pecado como causa del sufrimiento. En muchos niveles, Jesús y Buda propusieron el amor y la compasión como medicina para expulsar la oscuridad del corazón humano y del mundo. Alimentados por sus respectivas enseñanzas espirituales, budistas y cristianos, durante miles de años, han adoptado formas de vida compasivas para abordar el sufrimiento de la vida”, agregan.
Los siete verbos
Budistas y cristianos consideran que “ahora más que nunca necesitamos trabajar juntos y con un gran sentido de responsabilidad”. Por eso, proponen estos siete verbos para seguir caminando juntos:
- Reconocer: “Aunque nuestras respectivas enseñanzas religiosas nos invitan a construir una cultura de compasión, a menudo hacemos la vista gorda ante los sufrimientos de hoy. Deploramos las palabras y acciones que voluntaria o involuntariamente han contribuido a sembrar muerte y destrucción, odio y venganza. Necesitamos reconocer que pertenecemos a una familia humana y que debemos a todos la misma dignidad y respeto”.
- Dialogar: “Estamos convencidos de que no habrá paz sin diálogo. El diálogo puede prevenir la violencia, curar tanto a la víctima herida como al perpetrador e inspirar a las personas a encontrar formas no violentas de resolver conflictos. Puede movilizar a diferentes grupos religiosos para buscar la justicia y la verdad, proteger el planeta y protestar contra su destrucción”.
- Cultivar: “Tanto individual como socialmente, necesitamos cultivar la empatía por el sufrimiento de los demás y el medio ambiente. Por lo tanto, necesitamos compasión en las decisiones políticas y económicas para prevenir la exclusión y la desigualdad y fomentar la inclusión, la justicia y el respeto”.
- Cooperar: “Nadie se salva solo. Solo podemos ser salvados juntos, porque estamos interconectados y somos interdependientes. Por lo tanto, debemos cooperar con todos: la sociedad civil, los seguidores de otras religiones, el personal de los medios de comunicación, los gobiernos, los organismos internacionales, las comunidades académicas y científicas y todas las demás partes interesadas para fomentar un mundo inclusivo”.
- Innovar: “Tenemos siglos de experiencia y sabiduría. Necesitamos hacer que estos sean relevantes para nuestra humanidad herida y para salvar la Tierra maltrecha. Por lo tanto, abogamos por esfuerzos académicos entre instituciones académicas y de investigación con el objetivo de ayudar a los movimientos religiosos a alterar la forma en que perciben, piensan y conciben al otro y al planeta”.
- Educar: “Las familias, las comunidades, las instituciones educativas, los líderes religiosos y los medios de comunicación tienen un papel de liderazgo que desempeñar en la educación de todos, especialmente de los niños, en el cuidado y el intercambio de relaciones unos con otros y con el medio ambiente. Además, para inspirar y despertar a nuestra sociedad, necesitamos contar las historias de personas que han hecho sacrificios para ayudar a los demás y a la Tierra”.
- Orar: “Creemos que la oración y la meditación pueden cambiar las cosas al purificar nuestros corazones y mentes; generando bondad, misericordia y perdón donde hay odio y venganza creando un espíritu de respeto y cuidado por el otro y la tierra. Necesitamos despertar la energía espiritual en nuestros respectivos seguidores”.