“La crisis de vocaciones religiosas y de la fe refuerza el papel que va a tener el laico en la vida de la Iglesia, y le plantea el supremo desafío de asumir en plenitud el reto del sacerdocio común”. Así lo ha asegurado Juan Arana, catedrático de Filosofía y académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, durante la segunda jornada del XXV Congreso Católicos y Vida Pública.
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Durante su conferencia ‘El compromiso apostólico del laico en tiempos no clericales’, Arana ha recalcado que, “en una situación cada vez más marginal para la religión, los laicos deben ser conscientes de todo lo que representa el ejercicio adulto de la identidad cristiana, en un mundo que se ha desmoralizado, que ha perdido sus creencias”.
“Un desafío revitalizador”
En su discurso, el catedrático ha explicado que “para un creyente, el proceso de descristianización que estamos atravesando es doloroso, especialmente cuando considera la felicidad y alegría desaprovechadas por tantos hombres y mujeres que no tienen oportunidad de vivir el liberador mensaje de Cristo”.
Sin embargo, ha señalado que “nos encontramos ante un desafío revitalizador, una situación en la que un católico también puede ver en las presentes circunstancias una oportunidad para renovar e impulsar algunas dimensiones de la fe que no habían sido suficientemente desarrolladas o que habían perdido parte de su prístina fuerza”.