“España es una nación en la que el cristianismo es un elemento sustancial de su propia existencia y de su cultura”. Esta es una de las afirmaciones que recoge el manifiesto final del XXV Congreso Católicos y Vida Pública celebrado este fin de semana en Madrid y organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación CEU San Pablo.
Con la investidura de Pedro Sánchez y la amnistía de fondo, el documento leído esta mañana por el periodista y docente Fernando Nistal, subraya que “esta identidad cristiana de nuestra Historia es el marco de los principios y valores que articulan la sociedad hispana, y que deben ser defendidos y compartidos comunitariamente, con independencia de las creencias particulares de cada persona”.
En esta misma línea, el manifiesto subraya que “en un contexto como el actual en el que se promueve conscientemente el relativismo, donde se perciben evidentes carencias de espiritualidad, multitud de situaciones confusas y una falta de constancia en la educación de la razón, debemos poner en el centro de nuestras vidas la Verdad del Evangelio para dar a conocer la luz de Cristo”.
Con este punto de partida, se insta a los católicos a “ser protagonistas en la evangelización, porque la humanidad se está quedando vacía sin su Presencia y convirtiendo a las personas en unos seres sin rumbo, desarraigados, fugitivos de su patria, sin esperanza, desahuciados de su hogar, de su fe y su tradición”.
Entre las reivindicaciones que incluye la síntesis final de este foro de reflexión, se hace un llamamiento a defender la dignidad de la vida humana y la familia. El documento ahonda especialmente en el papel de las escuela como “espacio irrenunciable de evangelización”.
“Es nuestro deber desenmascarar y generar una reacción social ante la incorporación cada vez más evidente de opciones políticas e ideológicas en la normativa educativa y en el ámbito escolar, no consensuadas socialmente ni elegidas por los padres ni por los centros”, llega a decir la síntesis. A renglón seguido, se denuncia que “este ataque contra la libertad de enseñanza supone una intromisión acrítica a los alumnos y un adoctrinamiento que vulnera el principio de neutralidad de los poderes públicos”.
Tras la lectura del manifiesto, el director del congreso, Rafael Sánchez Saus, defendió la “incómoda e inoportunamente palabra que es hoy evangelizar” y que presentó como un “castillo roquero frente al nihilismo y al sentimentalismo”.
“Dudamos de nuestra capacidad de dar respuestas a tantos interrogantes”, expresó en un ejercicio de autocrítica. Y añadió: “No nos atrevemos a ser luz entre nuestra familia y amigos y en la sociedad que nos rodea”.
Para Sánchez Saus, “la entrega a la evangelización, no importa las circunstancias, da una superioridad absoluta ante todo tipo de enemigos”. En esta misma línea, apreció que “la insolencia de las doctrinas profesadas” no han de ser entendida como “superioridad”, sino como “servicio”.
Como cierre del congreso, el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, Alfonso Bullón de Mendoza, expresó que “evangelizar no es otra cosa que el mandato propio de aquel que tiene fe”. “El Papa nos ha establecido una guía que pasa, entre otras propuestas, la búsqueda del bien común”, sentenció.