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Ivana Rossi: “La prevención de abusos lo es todo y todos podemos hacer prevención”

Advierte de la necesidad de “comprender la importancia de una autoestima sana” por parte de la familia y los docentes porque “es obvio que cuanto mejor sea la autoestima de un niño, menos vulnerable es a este flagelo”





Este 19 de noviembre se estableció a nivel internacional como el Día Mundial de la Prevención del Abuso Sexual contra Niños, Niñas y Adolescentes. Un día de lucha que busca visibilizar una realidad que afecta cotidianamente a niños, niñas y adolescentes en el mundo entero. Fue instituido a partir del año 2000 por la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer con estatus consultivo de las Naciones Unidas, para promover la lucha contra la pedofilia y la explotación de niños, niñas y adolescentes.



Con este motivo, Vida Nueva entrevistó a Ivana Rossi, preventora de abuso sexual contra menores de edad, con certificado obtenido en el año 2012 con el cursado del taller ‘Mientras jugamos aprendemos a vivir’, dictado por la fundación cristiana Equipo de Prevención de Abuso Sexual Infantil (EPASI). Esta capacitación consiste, por un lado, en poder trabajar con niños, niñas y adolescentes dentro de un marco lúdico, abordando la temática y, por otro, en poder brindar charlas a adultos para visibilizar y concientizar este flagelo.

Es artista plástica, y comenta que desde su pasión por el arte y con el compromiso hacia esta causa, fusionó ambas cosas, por lo que se dedica a hacer ‘artivismo’ y la gente puede ayudar difundiendo. Es creadora del taller ‘Aprendo Creando’, espacio de arte fusionado con la prevención. Su implementación está articulada con las artes plásticas y los recursos pedagógicos son los videos temáticos, las actividades lúdicas y las actividades plásticas.

Aberración e impotencia

PREGUNTA.-  Teniendo ya una profesión, usted se dedicó a la tarea de prevención del abuso infantil. ¿Cómo empezó este camino?

RESPUESTA.- Este camino comenzó de manera inconsciente cuando, a lo largo de mi niñez y adolescencia, tuve que atravesar diversas situaciones de abuso sexual simple (en mi caso personas ajenas a mi núcleo de confianza), tales como exhibicionismo y froteurismo.

Solo a modo de ejemplo, cuento que mi primer beso fue con un hombre indigente, era el “borrachín” del barrio que acostumbraba a dormir en algún baldío de la cuadra. Yo debo haber tenido unos 6 años más o menos. Una tarde, jugando con mis amigas –de edades similares–a ver quién se animaba a acercarse más, el hombre en cuestión se prestó al juego y cuando estuve a centímetros me dio un beso en la boca. Ninguna supo qué hacer, ni tampoco lo conté en ese momento. Simplemente pasó. Aún recuerdo lo rápido que me apoyó su boca con baba y la barba toda sucia.

Dadas esas experiencias, esta temática nunca pasó desapercibida para mí. Por el contrario, fui tomando conocimiento de casos aberrantes y, en paralelo a ello, se iba apoderando de mi un fuerte sentimiento de impotencia.

Ya de grande y como creyente que siempre fui, comencé a profundizar en el conocimiento del Dios de la Biblia. Rápidamente recibí respuestas a muchísimas cosas normales que todos nos preguntamos –quién es Dios, para qué nos creó, qué es el pecado, por qué se hizo carne y entregó de esa manera su vida por nosotros, …– pero me faltaba saber por qué motivo Dios permitía esta aberración con los niños. Por supuesto, la respuesta no se hizo esperar y no sólo eso sino que, además, estuve por algunos años recibiendo respuestas.

Si bien me guardo el detalle de esas respuestas para mí porque es muy personal, puedo asegurar que ahí fue cuando tomé verdadera conciencia de que estaba en un camino. Porque como hija de Dios tenía que hacer algo. Así fue como en el año 2012 tomé un curso con certificación, para poder estar realmente instruida y dar prevención respaldada por un marco tanto teórico como legal. A partir de ahí, fui consciente de que esto sería una misión en mi vida.

Todos podemos hacer prevención

Desde entonces, procuro que la sociedad entienda y dimensione la importancia de la prevención, ya que no dejarán de existir pedófilos, ni proxenetas. Por el contrario, la pedofilia se ha posicionado como uno de los mercados más rentables a lo largo y a lo ancho del mundo y está avalada por una entramada de poder muy fuerte, por eso pienso que la prevención lo es todo y que todos podemos hacer prevención.

P.- ¿Qué se está haciendo efectivamente en Argentina para prevenir el abuso infantil? ¿Cuál sería hoy una respuesta adecuada y pertinente por parte de los gobiernos provinciales?

R.- A mi entender no hay una articulación con estrategias sólidas de prevención entre todos los agentes estatales intervinientes en el cuidado de la niñez y adolescencia. Por el contrario, pienso que hay demasiadas fisuras y en el medio ya sabemos quiénes quedan desamparados.

No es tan difícil, esta temática tiene 4 pilares. A quien afecta: niños, niñas y adolescentes; quien comete el delito: pedófilos; qué tipos de abuso sexual existen y qué hacer en caso de que se detecten. Es decir, en todo lugar donde haya niños, niñas y adolescentes, los adultos deben estar plenamente informados tanto sobre cómo funciona la mente de un pedófilo, como así también qué tipos de actos se consideran abuso sexual contra menores de edad y –fundamental- qué hacer en caso de detectar indicadores de abuso.

¿Dónde hay niños, niñas o adolescentes? En familias, hospitales, clínicas, escuelas, clubes, iglesias, clases de canto, clases de teatro, etc. Bien, toda esa gente debe recibir capacitación por parte del Estado respecto de estos pilares. No alcanza con hacer spots publicitarios con famosos una vez al año porque es el día internacional de la prevención. Eso es emocionalidad y no ataca de raíz al problema.

Informar, difundir y denunciar

Dicho esto, opino que debería haber escuadrones de preventores debidamente capacitados en la temática, asignados a cada barrio de cada ciudad, asistiendo a todos estos lugares mencionados que haya en cada barrio.  Que a su vez cuenten con protección, ya que la prevención siempre viene de la mano de detección de casos de abuso y hay que denunciar.

En cuanto al contenido de la información que hay que difundir, pienso que hay que hacer mucho hincapié en cómo funciona la mente de un pedófilo y/o pederasta. Es necesario que todos sepan que no es una enfermedad que se puede curar, sino una forma de parafilia. Es decir, la persona pedófila se siente atraída por menores de edad. A veces pre púberes, otras púberes, a veces solo niñas, otras solo niños, otras veces ambos, a veces exclusivo y otra veces también tiene relaciones con adultos y eso no va a cambiar nunca. Por lo tanto, representan un gran peligro para la sociedad.

En general, son las personas menos pensadas y están en todas las clases sociales. En su mayoría son hombres, pero también hay mujeres. Se desenvuelven de manera estratégica y manipuladora, ya que generan un vínculo de confianza para captar a sus víctimas y luego perpetúan el abuso a lo largo del tiempo a través de amenazas y todo tipo de manipulación. En general tratan de conseguir trabajos donde asistan menores de edad.

Esto último es tan de manual que aún no entiendo cómo no se exigen certificados de antecedentes penales en cada lugar donde se trabaje con menores de edad, o bien lugares donde asistan como por ejemplo iglesias, clubes, etc.

Pienso que debería haber un registro de abusadores, pero no solo los que han cometido acceso carnal, sino también los que han cometido abuso sexual simple, como por ejemplo exhibicionismo, froteurismo, vouyerismo, etc. Dado que en todos los casos son reincidentes. Imaginémonos un pedófilo cuyo placer pase solamente por mostrar sus partes íntimas ¿acaso no es grave también? Y si se lo condena, cuando salga en libertad ¿no lo va a volver a hacer? Bien, entonces debe haber registro.

Advertir y garantizar

P.- ¿Cómo se puede poner límites a lo que sucede a través de internet donde se esconden diferentes maneras de dar lugar a este delito?

R.- A nivel técnico, esto es difícil de conseguir porque existen los hackers que se encargan de filtrarse en plataformas que ofrecen comandos de protección. Son de público conocimiento testimonios vinculados a Roblox, por nombrar alguna. En este juego está la posibilidad de indicar varias limitaciones, pero no son infalibles. Por eso es muy importante no confiar 100% en los filtros e informarse al respecto y también informar a nuestros hijos sobre los peligros.

Hay que advertirles que en el mundo hay gente muy oscura y peligrosa que anda camuflada, que se hace pasar por buenas personas, incluso mienten en la edad que dicen tener. Y todo para poder hacerse amigos de los niños, ganar la confianza y luego tenderles una trampa para poder tener control sobre ellos y obligarlos a hacer cosas malas.

En la medida que se pueda, hay que mostrarles testimonios de caso reales. Y ante todo, garantizarles que siempre les vamos a creer y a defender, aunque hayan hecho algo vergonzoso. Esta gente sabe cómo lograr que los niños hagan cosas vergonzosas. De esa manera los manipulan amenazando que les contarán a todos. Por eso, el mensaje debe ser que no nos importa si han hecho algo vergonzoso, que nuestro amor por ellos es incondicional.

P.- ¿Qué es lo más importante a realizar desde la familia y la escuela?

R.- Ante todo y para todos, informarse mucho. Hay muchas puertas de acceso para un pedófilo. En general cuando se habla de prevención se abordan los siguientes temas.

Desde la familia, comprender la importancia de una autoestima sana. Entendiendo que autoestima es la estima que tenemos (o no) por nosotros mismos, es obvio que cuanto mejor sea la autoestima de un niño, menos vulnerable es a este flagelo. Ahora bien ¿cómo se traduce esto en la vida cotidiana? Es tan simple como generar espacios para el diálogo, en los cuales haya validación hacia el niño. Es decir, escuchar lo que tienen para decirnos, ya sea sobre algo que les molesta, como así también cuando nos quieren hablar sobre un videojuego, o sobre alguna comida que les gusta (por nombrar un tema no muy profundo).

Si nuestros hijos tienen un espacio para ser ellos mismos, no buscarán validación afuera del entorno seguro. Con lo cual, este punto es de vital importancia.

A las familias, también les sugiero hablarles claramente sobre su cuerpo, la diferencia entre partes íntimas y no íntimas, que sepan los nombres reales de sus partes íntimas (si cuesta, hay videos para niños muy simples) y que les quede claro que nadie puede tocar esas partes. Acá quizás muchos agregarían “sin su consentimiento”. Yo opino que no hay que darles esa opción, ya que en la mayoría de los casos los pedófilos logran sus objetivos a través de juegos divertidos, en los cuales los niños inocentemente prestan su consentimiento, entonces ante una situación abusiva no violenta, la criatura probablemente acceda confiadamente. Es importante que tengan en claro que, llegado el caso, lo tiene que contar a su persona de confianza.

También les sugiero que sus hijos logren tener la noción de lo que es la confianza y de que depende que alguien sea o no confiable. Porque estos depredadores se camuflan en un personaje de confianza. Entonces, explicarles que una persona de confianza nunca le va a hacer daño ni a tocar sus partes íntimas o mostrárselas. Que si sucediera eso, esa persona ya no es más de confianza y lo tiene que contar.

Secretos buenos, secretos malos

Que se aseguren de que sus hijos sepan la diferencia entre secretos malos y secretos buenos. Una forma muy sencilla es que ellos se imaginen armar una fiesta de cumpleaños sorpresa a alguien. Es decir, mantendrán ese secreto por un tiempo. Y que ellos vean que esto es algo lindo, divertido, que no le hace daño a nadie. En cambio, un secreto malo es todo lo contario, lo hace sentir mal, triste, con miedo, aunque quien le haya pedido que no diga nada sea alguien de su confianza. Y que si eso sucede lo tiene que contar. Si no lo puede decir, al menos lo puede escribir y dárselo a otra persona que sea de su confianza.

También que, si usualmente la criatura hace algún recorrido sola, es recomendable que pueda tener al menos dos lugares de escape, por ejemplo una despensa, un kiosco, un vecino o vecina a donde pueda correr y pedir ayuda.

A los docentes, les sugiero capacitarse muy afiladamente en la ESI, ya que en cuanto a los aspectos vinculados a la autoestima y prevención está muy bien encaminada. Les sugiero que se constituyan como personas de confianza. Un rol muy importante, lo juegan los docentes, ya que la mayoría de los abusos son intrafamiliares. También, como tienen herramientas desde la ESI para abordar el tema “secretos buenos y secretos malos”, los animo a que sea algo que se aborde al menos mensualmente, es decir, que se refuerce permanentemente el concepto durante todo el ciclo lectivo.

Asimismo, que en la reunión inicial del año se aborde este tema con las familias y se cuente cómo será desarrollado en el aula, para acordar estrategias en conjunto. Principalmente, porque hay temas que no todos abordan de la misma manera, pero aún así creo en el poder de la buena comunicación y en enfocarnos en los niños, con lo cual apelo al sentido común.

Les recomiendo que les informen a sus alumnos sobre la línea telefónica 137, a la que se puede llamar las 24 horas, los 365 días del año para contar situaciones de abuso, que los atenderán sin preguntar nombre y con total discreción y les aportarán ayuda.

A todos y todas, saber los diferentes tipos de abuso y qué hay que hacer en caso de detectarlos e informarse sobre cómo funciona la mente de un pedófilo y de qué estrategias se vale.

Prevención, una cruzada

P.- ¿Qué realidades locales impulsan su trabajo? ¿Cuáles son los desafíos en este momento y cómo los enfrentan?

R.- La realidad que me impulsa es que noto una generalizada falta de información sobre la mente de un pedófilo y su manera camuflada de cometer el delito. Creo que esta falta de información subestima el peligro, con el consecuente crecimiento del delito. Hasta que no se comprende esto, no se dimensiona que la prevención lo es todo, ya que no dejarán de existir estos depredadores, por eso hay que saber generar barreras de protección contra ellos.

Luego de recibir información sobre el tema, la gente se da cuenta no solo de que la prevención lo es todo, sino que además todos podemos y debemos hacer prevención. Si a mí me hubieran hablado claramente sobre mi cuerpo y espacio personal, mi primer beso no hubiera sido con el “borrachín” linyera del barrio.

Entonces en honor a las y los sobrevivientes de abuso y teniendo en cuenta que no puedo hacer que desaparezcan estos depredadores, dimensionar la importancia de la prevención será mi cruzada en esta vida. Mi desafío es lograr unir manos. Pienso que la sociedad ha llegado a fragmentarse demasiado, producto de diferencias ideológicas. Esa entendible y respetable fragmentación ha superado la capacidad de diálogo, al punto tal de anteponerse al momento de aunar fuerzas en pos de combatir este flagelo que a todos nos aberra por igual.

Estoy convencida de que la protección a los niños, niñas y adolescentes puede ser el gran común denominador que permita que todos tiremos para el mismo lado, cada uno con su mejor propuesta o estrategia. Tal vez lleve más tiempo, pero con ese objetivo claro se puede lograr. Comencé un trabajo de hormiga, hablando y abordando el tema con cada persona que puedo, animándolas a sumarse a un petitorio que estoy convencida que debemos exigir como sociedad a quienes nos gobiernan. Consiste en que en cada lugar donde se trabaje con niños, niñas o adolescentes se exijan certificado de antecedentes penales una vez al año. Esto sería una gran barrera de protección. Hasta ahora nadie opinó lo contrario y se están sumando firmemente.

La voz de los que no pueden hablar

P.- Regálenos un mensaje final para que podamos acompañar seriamente

R.- Cuando hay un flagelo social de estas características en el que la parte que sufre es una criatura, como adultos no podemos poner excusas. No importa el lugar en el que estemos, si somos pueblo exijamos y, si somos Estado, accionemos.

Seamos la voz de los que no pueden hablar. Los niños, niñas y adolescentes no se pueden defender y el abuso no solo es doloroso a nivel físico, sino que además deja unas secuelas psicológicas que se arrastran a lo largo de toda la vida, causando incluso suicidios y adicciones.

Los niños son de un gran valor para Dios y hay muchos versículos sobre cómo los niños son una gran bendición. La historia en la que Jesús recibe a los niños se repite varias veces en la Biblia. Debemos seguir el ejemplo de Jesús para mostrar a cada niño que valor que tiene a nuestros ojos y a los ojos de Dios.

Mateo 18, 10: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”.

Mateo 19,13-14: “Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: ‘Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos’”.

Marcos 10, 13-16: “Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: ‘Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él’. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía”.

Siento que como hija de Dios no puedo sentarme como espectadora y simplemente esperar a que Él haga todo. Sería como dejar de lado las capacidades y los dones que el Señor mismo me dio y, a su vez, no cumplir con el mandato de amar. No es tan difícil, yo hago lo posible: visibilizar, promover la importancia de la prevención, relevamientos, petitorios, etc. Dios se encarga de tocar mentes y corazones, además de abrir puertas que solo Él puede abrir.

Hasta el momento, siempre he experimentado una fuerte empatía en cada persona que puedo compartir el tema. Le dejo a Dios la parte de que la emocionalidad se traduzca en acción. Pienso que algún día estaré cara a cara con Él y tendré la paz de haber procurado cumplir con su mandato. La vida es un instante en la eternidad, que todo lo que hagamos tenga peso en la vida eterna.

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