El auxiliar de Managua felicitó a Sheynnis Palacios, ganadora del certamen que tuvo lugar este fin de semana en El Salvador
Por primera vez en la historia de los concursos de belleza Miss Universo una centroamericana ganó el certamen; se trata de Sheynnis Palacios, joven nicaragüense de 23 años, quien estudió Comunicación en la Universidad Centroamericana, institución jesuita que fue cerrada en agosto de este año, luego de la acusación de terrorismo que le imputaron autoridades del régimen sandinista de Daniel Ortega.
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos desde 2019, expresó su alegría por el triunfo de la joven nicaragüense, a quien felicitó y escribió este mensaje en la red social X: “¡Gracias por hacer brillar en tu belleza el nombre de nuestra patria! ¡Gracias por llevar alegría a nuestro sufrido pueblo! ¡Gracias por hacernos tener esperanza en un futuro más hermoso para nuestro país!”.
El obispo afirmó que la joven es católica, y de acuerdo con usuarios de esa misma red social, el vestido de gala azul y blanco estaba inspirado en la Virgen de la Concepción -patrona de Nicaragua-, “nos trajo esperanza”.
Para otros usuarios, el vestido fue visto como forma de apoyar a la Iglesia Católica en Nicaragua, y un “manera de simbolizar a una Iglesia perseguida“.
El medio nicaragüense disidente 100% Noticias refirió que el gobierno había negado el ingreso de Sheynnis Palacios a su regreso de El Salvador, una vez terminado el concurso, pero al enterarse de que había ganado, revocó la decisión.
Y es que, de acuerdo con el mismo medio, Sheynnis participó también, como muchos jóvenes nicaragüenses, “con su bandera azul y blanco”, en las protestas contra las medidas de represión por parte del gobierno en 2018, tras desatarse las manifestaciones a causa de una reforma al sistema de seguridad social.
Por otro lado, durante la misa dominical que celebró en la parroquia de Santa Aghata en Miami, en alusión a la parábola de los talentos, el obispo Báez explicó que, en sociedades como la nicaragüense, “donde han sido vulnerados todos los derechos y todas las libertades, el silencio temeroso, la complicidad solapada, el volver la cara a otro lado, el miedo a correr riesgos, es enterrar el talento”.
Por esta razón, hizo un llamado a los feligreses para no enterrar sus talentos: “no enterremos la vida y la fe bajo el conformismo y la indiferencia. En la lucha por lograr un cambio social justo y sostenible hay muchas dificultades, no se ven soluciones a corto plazo, han cansancio y miedo“.
Para el obispo Báez, las actitudes que llevarán a salir de la opresión y la injusticia son la audacia, la capacidad de riesgo, la humildad para aunar fuerzas entre todos, la rebeldía espiritual y la búsqueda creativa”.