El papa Francisco recibirá el 15 de enero de 2024 al presidente del Gobierno de Canarias en una audiencia en el Vaticano ante su preocupación por la crisis migratoria en las islas. Fernando Clavijo (Coalición Canaria) estará acompañado por el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez; el obispo de Canarias, José Mazuelos, y su auxiliar, Cristóbal Déniz. Se trata de la segunda vez que Clavijo se encontrará con el Pontífice, puesto que ya participó en una misa en 2018 en el quinto aniversario de su histórica visita a Lampedusa.
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“Este encuentro pone de manifiesto la unidad existente entre todas las instituciones con el deseo de paliar la dolorosa situación de quienes, cada vez con más frecuencia, llegan a nuestras costas en busca de un futuro mejor”, según informaban ayer por la noche en un comunicado conjunto ambas diócesis.
La audiencia se daba a conocer horas después de que el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, hiciera público en su discurso durante la apertura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, que el Pontífice había escrito una carta, dirigida a los prelados, de “aliento y cercanía ante la difícil situación que atraviesa el Archipiélago”.
En la carta, cuyo contenido íntegro se conocía minutos después, Jorge Mario Bergoglio agradecía “la sensibilidad y hospitalidad que caracteriza al pueblo canario” en la acogida de los miles de migrantes que continúan llegando a sus costas desde septiembre dando lugar a una crisis migratoria sin precedentes desde 2006. “¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren!”, agregaba.
En la misiva, con fecha 3 de noviembre, el Papa también agradecía el esfuerzo que se está haciendo ante este flujo migratorio, “para intentar dar respuesta a esta situación de emergencia”. Para el Papa, los canarios dejan huella “en el modo de acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos y hermanas que llegan a sus costas buscando un porvenir”.
“Que Jesús bendiga al pueblo canario”
Asimismo, “al afrontar estos desafíos -continuaba-, que comprendo no son nada fáciles, les pido que no se desanimen y que sigan construyendo redes de amor y faros de esperanza que iluminen las sendas de una nueva humanidad, dispuesta a inclinarse, como el Buen Samaritano, para curar las heridas de los que están caídos”. Y añadía: “En los rostros de estas personas, surcados por el sufrimiento, podemos reconocer una mirada que anhela un futuro de paz y de fraternidad”.
La carta concluía invitando a pedir “a Dios que estos anhelos lleguen a buen puerto”. Y subrayaba: “Que Jesús bendiga al pueblo canario y la Virgen Santa lo sostenga con su protección maternal”.
