Un grupo de la parroquia italiana de Torvaianica participa en la comida que Francisco organiza con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres
El rescripto del Vaticano, con el visto bueno explícito del papa Francisco, a un obispo brasileño confirmando el hecho de que una persona transexual adulta puede recibir el bautismo o ser padrino o madrina en un bautizo han sido un bálsamo de acogida para el grupo de mujeres transexuales que viven en la ciudad costera de Torvaianica. a unos 35 km al sur de Roma.
Algunas de estas mujeres han comido con el pontífice el pasado domingo con motivo con la Jornada Mundial de los Pobres como Victoria Salas, de 55 años, y Carla Segovia, de 46, ambas de origen argentino y durante años han ganado dinero ejerciendo la prostitución. Para Segovia “los transexuales aquí en Italia nos sentimos un poco más humanos porque el hecho de que el Papa Francisco nos acerque a la Iglesia es algo hermoso”, según recoge Reuters, y es que, añadió, “necesitamos un poco de amor”.
Este grupo vivió un momento especial cuando en plena pandemia el párroco de la parroquia de la Beata Virgen Inmaculada de Torvaianica, Andrea Conocchia, se volcó en la ayuda a esta comunidad transexual con alimentos y otras ayudas. En este movimiento entró en juego la Limosnería Apostólica quien apoyó la campaña de vacunación. De esta parroquia unas 50 personas pobres participaron en la comida con el Papa.
“Antes, la Iglesia estaba cerrada a nosotros. No nos veían como personas normales, nos veían como el diablo”, señalaba Andrea Paola Torres López, transexual de origen colombiano que también compartió con el pontífice los canelones rellenos de espinacas y las albóndigas con puré de coliflor el domingo. En declaraciones a AP recuerda como en la pandemia, “entonces llegó el papa Francisco y se nos abrieron las puertas de la Iglesia”. “Ser padrino es una gran responsabilidad, es ocupar el lugar de la madre o del padre, no es un juego”, destacó Claudia Vittoria Salas –que llevó unas empanadas argentinas a Francisco–; ya que “tienes que elegir a las personas adecuadas que serán responsables y capaces, cuando los padres no estén, de enviar a los niños a la escuela y darles comida y ropa”.
Una percepción en la que coinciden entidades como las estadounidenses GLAAD y DignityUSA al subrayar que el tono de inclusión de Francisco enviaría un mensaje a los líderes políticos y culturales para que pusieran fin a su persecución, exclusión y discriminación de las personas transexuales.