Los obispos españoles hacen un llamamiento a la calma, tanto a políticos como a la ciudadanía. Así se desprende de un mensaje aprobado en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal que se celebra esta semana en Madrid y que ha coincidido con la puesta en marcha del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez y con la tensión generada por las negociaciones para lograr su investidura, con la amnistía incluida, que refleja “polarización ideológica, crispación social y episodios de desencuentro”.
“Queremos alentar un diálogo social entre todas las instituciones que cultive la escucha y evite posiciones inflexibles y excluyentes”, exponen los obispos, que establecen cuales son los parámetros en la que debería moverse la clase política, en general, y Moncloa, en particular. “Los acuerdos -asevera el Episcopado deben respetar la dignidad de la persona, el bien común y los principios de subsidiariedad y de solidaridad” .
Dicho de otra manera, los obispos llaman al Gobierno a respetar la Constitución: “Nuestra Carta Magna consagra la separación de poderes y la libertad e igualdad de todos los ciudadanos, al tiempo que garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad”.
Con este punto de partida, apuntan que el Evangelio “nos compromete a todos a actuar en conciencia por la verdad y el bien del prójimo, a trabajar con esperanza en favor del encuentro en la convivencia pacífica y el respeto mutuo, excluyendo toda violencia, cultivando el perdón cristiano y la reconciliación, y estimulando el ejercicio de la caridad social y política”. “La concordia y la comunión siguen siendo posibles”, sentencia el documento.
De esta declaración episcopal se deduce que los más de 70 obispos reunidos habrían respaldado la apuesta por evitar la confrontación y la significación ideológica que planteó el presidente del Episcopado, el cardenal Juan José Omella, en su discurso de apertura del pasado lunes y que había estado precedido solo 24 horas antes de una homilía televisada del cardenal de Madrid, José Cobo. Así, se habría logrado apaciguar los ánimos y difuminar el disenso generado en las semanas previas ante las reflexiones expuestas por algunos obispos y arzobispos como Jesús Sanz y Luis Argüello. De hecho, el nuevo mensaje de los obispos evita utilizar el término amnistía directamente así como embarrarse en los acuerdos del Ejecutivo con sus diferentes socios o su programa de gobierno.
En línea precisamente del consejo dado por Omella en el arranque de la cita episcopal para ser “astutos como serpientes y sencillos como palomas”, los obispos dejan caer algún que otro recado al Ejecutivo de coalición, o lo que es lo mismo, la defensa del Estado de Derecho y el respeto a la judicatura. Para ello, se remiten al documento de 2006 llamado Orientaciones morales ante la situación actual de España: Es “absolutamente necesario que sea perfectamente respetado el recto funcionamiento de las diferentes instituciones. Para la garantía de la libertad y de la justicia, es especialmente importante que se respete escrupulosamente la autonomía del Poder Judicial y la libertad de los jueces”.
“Inspirados en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia”, los obispos echan mano tanto del magisterio de Francisco como de Benedicto XVI para instar a los poderes públicos y los propios españoles a “vivir la comunión en la diversidad”. “Esto conlleva fomentar la cultura del encuentro, es decir, buscar puntos de contacto, tender puentes, y proyectar algo que incluya a todos”, escribe la Conferencia Episcopal en una alusión directa a ‘Fratelli Tutti’, la encíclica más reciente de Jorge Mario Bergoglio.