El cardenal ghanés Peter Turkson ha expresado a la BBC que la homosexualidad no debería considerarse un delito penal. Abogó, de hecho, por una mayor comprensión del tema y destacó la importancia de la educación para que la sociedad distinga entre lo que constituye un delito y lo que no. Una postura que contrasta no solo con la de los obispos católicos de Ghana, sino también con los políticos y la legislación del país.
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Y es que, en medio de un debate parlamentario sobre un proyecto de ley que propone severas sanciones para las personas LGBT en Ghana, el cardenal Turkson subrayó la necesidad de evitar la criminalización de estas personas, enfatizando que no han cometido ningún delito.
La premisa: la libertad
En julio, el parlamento ghanés respaldó un proyecto de ley que aún no ha sido completamente aprobado y que castigaría la identificación como LGBT con hasta tres años de prisión. Además, las personas que abogan por los derechos LGBT podrían enfrentar hasta 10 años de cárcel. El cardenal Turkson destacó la importancia de la educación para comprender la realidad de la homosexualidad, señalando expresiones culturales locales que indican que no es completamente ajena a la sociedad ghanesa.
En relación con los esfuerzos para implementar medidas estrictas contra la homosexualidad en algunos países africanos, el cardenal sugirió que estos podrían estar vinculados a intentos de influencia externa basados en donaciones y subvenciones, bajo la premisa de la libertad y el respeto a los derechos. “Esta posición tampoco debería convertirse en algo que se imponga a culturas que aún no están preparadas para aceptar cosas así”, aseveró el cardenal.