Al menos cuatro personas han muerto y otras 50 han resultado heridas a consecuencia de una explosión durante la celebración de la misa del primer domingo de Adviento en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao, en Maraui, la mayor ciudad musulmana del país.
Según informa Europa Press, la mayor parte de los heridos son estudiantes. La policía ya investiga el ataque como un posible atentado de grupos islamistas de la región autónoma de Bangsamoro.
El papa Francisco ya ha enviado un telegrama en el que se muestra cercano a las víctimas y asegura su oración por ellos y sus familias.
Tanto las autoridades filipinas como la propia universidad han condenado lo ocurrido. “Nos mantenemos solidarios con nuestra comunidad cristiana y todos los afectados por esta tragedia”, señala el centro universitario en un comunicado.
“Estamos trabajando estrechamente con las unidades del gobierno local y las autoridades policiales para investigar este incidente y llevar a los perpetradores ante la justicia”, ha agregado la universidad.
El presidente electo de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., atribuye el ataque a “terroristas extranjeros”. “Los extremistas que ejercen la violencia contra los inocentes siempre serán considerados enemigos de nuestra sociedad”, ha aseverado el dirigente filipino, trasladando su “más sentido pésame a las víctimas, a sus seres queridos y a las comunidades que han sido blanco de este último ataque a la paz”.
Marcos ha informado también que están trabajando “en estrecha coordinación” con las autoridades regionales y locales, a las que ha agradecido “su respuesta rápida e inmediata y su apoyo a las víctimas”.
Asimismo, ha comunicado que “se está desplegando personal de seguridad adicional” y que ha dado instrucciones a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas “para que garanticen la protección y seguridad de los civiles y la seguridad de las comunidades afectadas y vulnerables”.
El líder del Ejecutivo filipino ha prometido “llevar ante la justicia a los autores de este acto despiadado” al tiempo que ha instado a la población a “mantener la calma, la prudencia y la conciencia (…) para garantizar que los horribles acontecimientos no se ven agravados por información inexacta, no verificada y no oficial”.
Por su parte, el alcalde de Maraui, Majul Gandamra, ha llamado a las comunidades musulmana y cristiana a permanecer unidas: “Nuestra ciudad ha sido por mucho tiempo un ejemplo de coexistencia pacífica y armonía, y no permitiremos que tales actos de violencia opaquen nuestro compromiso colectivo con la paz y la unidad”.