10 trabajadores de la compañía minera La Poderosa, en Pataz, región La Libertad, en el noroeste de Perú, fueron asesinados en un atentado con explosivos atribuido a un grupo de mineros ilegales.
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Según el parte de las autoridades, sujetos armados secuestraron a 23 trabajadores de esta empresa, llevándolos a un socavón – cueva artificial – donde los encerraron para luego dinamitarlos.
En esta masacre quedaron 23 heridos con pronóstico reservado, mientras que los fallecidos son jóvenes trabajadores entre 20 y 30 años de edad, de los cuales siete eran celadores y tres operarios.
Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente del episcopado peruano, repudió estos hechos y ha pedido a las autoridades celeridad en las investigaciones de “este cruel asesinato”, identifciar a los responsables, sancionarlos aplicando todo el rigor de la Ley, que “este hecho detestable no quede impune”.
Parar la violencia
También Cabrejos ha cuestionado la ola de violencia que se ha venido presentando a lo largo de 2023 en esta región azotada por bandas criminales que se disputan el control de la minería ilegal.
“¿Acaso el afán del dinero o del poder están por encima del valor sagrado de la vida humana? ¿Acaso en nuestra sociedad hemos llegado a niveles tan miserables e inhumanos, que ya no importa quitar la vida a las personas?”, planteó.
Toda vez que se solidariza con las familias de las víctimas de este atentado, “los acompañamos con nuestra oración permanente”, al tiempo que ha pedido detener esta ola de violencia que mantiene amedrentados a los pobladores y enlutan a familias enteras,