La secretaria de la Pontifica Comisión para América Latina defendió la condonación de la deuda externa a cambio de compromisos medioambientales
Sin la presencia del papa Francisco en la COP28 de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), el Vaticano no deja de estar presente en esta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Así, la secretaria de la Pontifica Comisión para América Latina, Emilce Cuda, ha sido la portavoz de propuestas de la Red de Justicia y Paz y ha pedido condonar la deuda eterna de los países pobres a cambio de que en estos se refuerce la protección del medio ambiente.
“Estoy acá viendo cuáles pueden ser las posibilidades para los nuestros pueblos de América Latina y de qué manera también y principalmente puedo expresar lo que el papa Francisco a través de su magisterio social nos invita a promover”, ha señalado en una entrevista a los medios vaticanos. Entre sus intervenciones ha destacado la importancia de los llamados “créditos de carbono en defensa de la biodiversidad”, que son “una certificación que las empresas de los países centrales con un desarrollo industrial avanzado” que compensan su desgaste en otro lugar del planeta. Cuda propuso que “la deuda externa injusta impagable que tiene América Latina debe condonarse en un cincuenta por ciento a cambio de la protección del medio ambiente o sea que entraría en la compra de estos créditos de carbono”.
“El tema es, primero, a qué precio se venden porque tenemos sus doscientos años de vender nuestras riquezas naturales por monedas, y así es como estamos en la miseria y explotados en América Latina. Segundo lugar en esta certificación si se hacen acuerdos bilaterales entre particulares o si entra a los Estados como garante de una distribución limpia. En tercer lugar, qué pasa con esta reserva, si con ese dinero solo se van a cuidar las plantas o los animales o si también está contemplado el ser humano”, explicó la ponente.
En este contexto, Emilce Cuda destacó que el papel de la Iglesia “no es simplemente un ritual, es dar razones de nuestra fe, y nuestra fe, el catolicismo ha desarrollado lo que se conoce como el pensamiento social de la Iglesia, donde justamente hay cuatro principios que se elaboran históricamente como son la dignidad humana, el acceso universal a los bienes, la solidaridad y la subsidiariedad, que tratan de la inserción en lo concreto”. Recogiendo el mensaje del Papa “ en la próxima COP29 a la entrada debería haber un cartel muy grande –y subsidiado por nosotros, por el Vaticano– que diga ‘No se olviden de los pobres’”, recalcó.