El Parlamento catalán convoca al presidente de la Conferencia Episcopal Española el 29 de enero, aunque no está obligado a participar
El cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, está citado a comparecer el próximo 29 de enero en la comisión de investigación sobre la pederastia en la Iglesia creada por el Parlamento Catalán.
Omella ha sido convocado en calidad de testigo junto a un centenar de voces en un listado que salió adelante con los a favor de ERC, Junts, comuns y CUP, y el voto en contra de PSC-Units. En un post de ‘X’, la presidenta de la comisión y diputada de en Comú-Podem en el Parlament, Susanna Segovia, ha expuesto hoy que Omella “tenga la voluntad de venir como testigo más allá de que está obligado por ley”, puesto que el purpurado no tendría por qué acudir si no lo considera oportuno.
Junto al cardenal, la comisión también ha llamado ese mismo día al vicesecretario para Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal Española y Promotor de Justicia del Tribunal de Rota, Carlos López Segovia; el vicesecretario de la Conferencia Espiscopal Tarraconense, Enric Termes; el abogado y representante de la oficina por la prevención y la protección de abusos de la archidiócesis de Tarragona, Carles Ferrer; y al presidente del Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Barcelona, Santiago Bueno. Para el 5 de febrero, también se habría citado al prior de la Abadía de Montserrat, Bernat Juliol y al secretario general del Obispado de Vic, David Gómez.
La comisión antiabusos catalana ha estado rodeada por la polémica tanto en su constitución como en su desarrollo. Y es que, según pudo confirmar ‘Vida Nueva’, más allá de analizar la responsabilidad y gestión de la Iglesia ante la crisis de los abusos sexuales, este instrumento de control se habría utilizado también como arma política arrojadiza.
Así, de manera indirecta, algunas fuerzas independentistas habría llegado a presionar al entorno del cardenal con exonerarle de sentarse en el Parlament para someterse a correspondiente tercer grado, si ofrecía algún gesto significativo a la causa independentista. Sin embargo, el estilo Omella, que pasa por evitar que la Iglesia se vea embarrada por el debate partidista sea del signo que sea, le habría llevado a hacer caso omiso a cualquier tipo de peaje o negociación al respecto.
Esta misma semana, el presidente de los obispos salía al paso de quienes le situaban como un posible mediador del líder de ERC Oriol Junqueras para el cumplimiento de los pactos de investidura con el PSOE. “Nadie me ha propuesto nada y no me meto donde no me llaman”, sentenció el martes, durante el desayuno informativo organizado por Fórum Europa.
Por otro lado, las propias víctimas han cuestionado el verdadero interés de los políticos por la pederastia eclesial. El pasado mes de abril, durante una de las sesiones, uno de los supervivientes llegó a decir: “¿Qué espero de esta comisión? Que dejéis el móvil y nos escuchéis”.