Mario Grech: “Sin Juan XXIII y el Vaticano II, no habría Francisco”

El cardenal secretario general del Sínodo presenta en Madrid el libro de arzobispo agustino Luis Marín sobre el Papa Roncalli, ‘Te hablo al corazón’

Mario Grech y Luis Marin en la presentación del libro de Juan XXIII

A Juan XXIII se le consideró al principio como un Papa de transición, pero se erigió en el Papa de la transición, del paso del Concilio de Trento que duró cuatro siglos a la nueva estación, a la intuición espiritual que le llevó a convocar el Concilio Vaticano II”. Así se expresó esta tarde em Madrid el cardenal Mario Grech, el secretario general de la Secretaría del Sínodo.



El purpurado viajó hasta la capital española para participar en la presentación de ‘Te hablo al corazón’, la autobiografía de san Juan XXIII firmada por el subsecretario de la Secretaría del Sínodo, el arzobispo agustino Luis Marín de San Martín. El acto tuvo lugar en el salón de actos San Agustín. Sobre el estado junto a Grech y el autor del libro se encontraba Eva Fernández, presidenta de Acción Católica. También intervino el religioso paulino Rafael Espino, director editorial de San Pablo.

En el patio de butacas se encontraban, entre otros, el cardenal claretiano Aquilino Bocos; el vicario madrileño para la Vida Consagrada, el jesuita Elías Royón; el coordinador sinodal español, el sacerdote Luis Manuel Romero; la presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar Gracia, la presidenta del Foro de Laicos, Dolores García Pi.

Un referente en Roma

“Pablo VI y Juan XXIII me han marcado en mi ministerio sacerdotal”, confesó Grech, que apuntó que la obra de Marín es “un libro sobre un personaje imprescindible”. Autor del epílogo del libro, apreció cómo el Papa Roncalli “habla desde el corazón al corazón, un corazón de un verdadero creyente y un pastor, habla al corazón del hombre del tercer milenio”.  “Sin él, no estaríamos hoy aquí”, explicitó sobre el Papa Roncalli. De hecho, fue más allá: “Sin el Papa Juan XXIII y sin su Concilio, no sería posible la actual teología del Santo Pueblo Fiel de Dios, no sería posible el Papa Francisco”.

Motor de la reforma

Con esta premisa, el purpurado italiano apreció cómo Jorge Mario Bergoglio está aterrizando “el nuevo modelo de Iglesia que el Concilio Vaticano II proponía”. “Gracias a Francisco, la recepción del Concilio ha entrado en una prometedora nueva fase”, añadió. En esta misma línea, comentó cómo Roncalli y el Vaticano II constituyen “el motor de una reforma a la que el Papa Francisco está aportando una particular aceleración”.

“No hay persona más profundamente revolucionaria que un cristiano que se toma en serio su fe y obra en consecuencia. Esto es un santo. Y esto es lo que fue Juan XXIII”, resumió Luis Marín al comenzar su intervención. El arzobispo agustino detalló que el secreto del éxito del Papa conciliar fue “buscar, vivir y testimoniar siempre la voluntad de Dios”.

Hombre renovador

Desde esa obediencia y paz que ilustran su lema episcopal, describió a Roncalli como “un anciano locuaz con grandes raíces”. De la misma manera, le dibujó como “un hombre abierto a  la renovación que tiene un profundo sentido pastoral desde el Cristo que el mueve, el Cristo que se encarna”. “Es un gran renovador desde pasos sencillos, con pequeños pasos, como lo estamos viendo en el proceso sinodal, con distintas velocidades, pero ayudándonos unos a otros”, compartió Marín.

“Estamos viviendo un proceso de renovación como el del Vaticano II”, subrayó el subsecretario vaticano al referirse al actual proceso sinodal. “Hay que fiarse del Espíritu”, animó a los presentes, aunque sabedor de que “tenemos la terrible capacidad de frustrar los deseos de Dios y de repartir condenas, exclusiones e insultos”.

Autopistas de esperanza

En otro orden de cosas, también recordó que Juan XXIII fue el primer pasa en visitar a los presos en la cárcel, presidir el ángelus vaticano desde la Plaza de San Pedro y pasear por las calles de Roma. “Son pequeños pasos, que hacen caer muros tremendos y abren autopistas de esperanza”, aplaudió el prelado español.

La presidenta de Acción Católica destacó de Roncalli que “al ir leyendo las páginas del libro he descubierto su lado más humano y espiritual”. A partir de ahí, enfatizó “el papel importante que desempeñó en nuestra Iglesia convocando el Vaticano II”. En este sentido, quiso “agradecer a esos laicos y laicas su valentía y entusiasmo”, en tanto que “junto con los padres conciliares marcaron un nuevo rumbo para la Iglesia”.

Casi sin voz y sin voto

Fernández se centró en cómo las mujeres presentes en la cita conciliar, “casi sin voz y sin voto”, fueron clave por su “aportación sobre la familia y la igualdad de dignidad entre el hombre y la mujer”. En concreto, aplaudió la labor de la española Pilar Bellosillo, auditora del Concilio, a la que definió como “mujer valiente para decir lo que tenía que decir y lo que había que cambiar y a la vez una fidelidad absoluta a la Iglesia para trazar nuevos caminos y trabajar en equipo”.

A partir de ahí, la responsable de Acción Católica compartió su experiencia en la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad. “Fuimos uno más en el aula sinodal”, expresó en relación a la acogida de los laicos. “El Espíritu nos está marcando el camino y el Papa Francisco está siendo un instrumento dócil que nos impulsa y estimula a los demás”, agregó.

El prior general de los agustinos, Alejandro Moral, se hizo presente en el evento a través de una carta leída por el provincial de la orden, Domingo Amigo. En su texto, insta a contemplar el libro como una oportunidad para “enamorarnos de Juan XXIII, lo que supone enamorarnos de la Iglesia”. “Nos ayuda a comprender mejor nuestros tiempos actuales y a profundizar con esperanza en la realidad de la Iglesia”, completó en una alusión directa al proceso sinodal.

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