El Museo del Real Sitio de Covadonga reabre sus puertas con una colección distribuida en dos plantas y siete salas. La rehabilitación, promovida por el Arzobispado de Oviedo y con el mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson (FMCMP), ha aportado recursos profesionales, técnicos y económicos para llevar a cabo una reforma integral. Se trata de un proyecto respetuoso con el patrimonio original que no altera la arquitectura del edificio, inicialmente concebido como hostal de fieles y peregrinos, y que ofrece un museo modernizado y adecuado a las necesidades actuales. Y, aunque se han recuperado piezas rescatadas de la destrucción del primer santuario como la campana, aún queda mucho fondo que catalogar y sacar a la vista.
La dirección científica de la exposición ha estado a cargo de los doctores Vidal de la Madrid y Yayoi Kawamura, que presentan una renovada mirada del arte asturiano. De la Madrid explica, en un encuentro con medios al que ha asistido Vida Nueva, cómo surge la necesidad de interpretar este santuario, considerado un lugar especial y singular por varios motivos. “Primero por ser un enclave natural de gran belleza, con un río que parece manar directamente de la roca y con esa cueva excavada en la montaña. Además, es un santuario mariano que ha movilizado a muchos peregrinos a lo largo de la historia y, también, por los sucesos bélicos ocurridos en este enclave dando la victoria de los cristianos sobre los invasores musulmanes que marcan el proceso de la Reconquista y, a su vez el origen de la monarquía de España. Todos estos factores tan significativos están presentes en este nuevo espacio”, apunta.
La muestra cuenta con un conjunto de 17 retratos de la Serie Cronológica de los Reyes de España, que, siendo propiedad del Museo del Prado, se encuentran en depósito en el Real Sitio de Covadonga desde 1884. La serie, pensada por José Madrazo, pretendía poner imagen a todos los monarcas que no habían sido retratados, y decide completarlos desde los visigodos como Ataulfo hasta Isabel II. Y fue Don Pelayo quien inaugura la galería pictórica de personajes a tamaño real con el marco dorado original.