Las reacciones ante el documento ‘Fiducia Supplicans’ siguen llegando. Especialmente esperada era la respuesta de los obispos alemanes, quienes han acogido de forma favorable que las parejas del mismo sexo –y divorciados– puedan ser bendecidos oficialmente en la iglesia.
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“La práctica de la iglesia reconoce una variedad de formas de bendición. Es bueno que ahora se recupere este tesoro para la diversidad de modelos de vida”, subrayó, tal como recoge Katholisch, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), el obispo Georg Bätzing, en un comunicado. La declaración, apunta el prelado, traza una “línea clara entre la fidelidad inquebrantable a la enseñanza de la Iglesia y las exigencias pastorales de una práctica eclesial que busca estar cerca de las personas”. Allí se describe un ámbito de acción pastoral, “que ilustra la práctica responsable de la Iglesia”.
Un acto de humildad
“La petición de una bendición es un gesto humilde hacia Dios en el que las personas expresan que confían en la bondad de Dios”, explicó Bätzing. Además, en la bendición, el amor de Dios se da como fortalecimiento en el camino de la vida. “La Declaración señala que la concesión de una simple bendición no necesita ni puede requerir las mismas condiciones morales que las requeridas para recibir los sacramentos”.
En la misma línea, el arzobispo de Hamburgo, Stefan Heße, celebró la declaración del Vaticano. “Es una expresión de respeto por la realidad de la vida y las decisiones de vida de las personas que quieren estar ahí el uno para el otro. Y esto nos da la oportunidad de bendecir sin pedir nada”, afirmó Heße en una declaración el lunes en Hamburgo. “Es un verdadero regalo de Navidad”, aseguró.
Asimismo, la presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), Irme Stetter-Karp, afirmó estar “feliz y sorprendida al mismo tiempo”. “La Congregación para la Doctrina de la Fe está haciendo algo que solo podemos acoger con agrado”, dijo.