Roberto “Chobi” Álvarez, obispo electo de la diócesis recientemente creada, Rawson, brindó a toda la comunidad un mensaje de Navidad para estas fiestas, sin olvidar la crítica situación social que se vive en el país.
Expresó que la frase más escuchada en estos días, desde la asunción del nuevo gobierno es “lo que se nos viene”, y se acentúa con el “vamos a estar peor”, a partir del crudo diagnóstico y las medidas presentadas por los funcionarios con distintas responsabilidades en todos los niveles de gestión.
Esto se traduce “en los ojos llorosos de un jubilado, el rictus de una mamá que lo expresa mientras abraza a sus hijos pequeños, en los hombros levantados del joven que patea la calle buscando changas y le contestan que no hay nada porque nadie vende hasta que se ajusten los precios”, describió el obispo.
Sin embargo, Álvarez aseguró que como comunidad quieren estar en este presente, parecido a un tsunami, y recordar aquellas palabras del papa Francisco, quien en medio de la pandemia aseveró que nadie se salva solo.
Cree que se necesita que cada uno se convierta en la voz de la Madre Iglesia preocupada por los más pobres, en brazos fuertes que levanta y sube a la única barca a los que sienten apretados, ajustados y ahogados. “En el regazo que contiene, consuela… y alimenta”.
El nuevo pastor de Rawson pidió que a los que, aún sin holgura económica “todavía podemos algo”, “estirar la colcha”, tener gestos de grandeza, renuncias llenas de coraje para tener festejos austeros, pero compartidos, y a la hora de pensar en gastos para comidas, compras o recreaciones “miremos a Jesús que viene en la familia pobre que me encuentro en el semáforo, en el que se ofrece para cortar el pasto… y si no conozco a nadie, buscarlo como quien está buscando el pesebre de Belén”.
Agregó que hay que salir detrás “del que viene” y, más allá de estas fiestas, llevarle alegría y ayuda a esas familias con la certeza de fe que que son la de Nazaret.
El titular de la nueva diócesis afirmó que si lo que viene es oscuro, triste y preocupante, El que viene trae paz, justicia y fraternidad, y la Buena Nueva de que somos hijos y hermanos. “Nos toca a nosotros, en este final de Adviento, en Navidad y en los primeros meses del año, hacer de pastores y Reyes“, auguró.
Finalmente, pidió entonces llevarles algo a los que menos tienen, acercarse a los que sufren y a los angustiados, a los que están solos, con la convicción de que no estamos siendo solidarios ni caritativos, sino “adorando al niño envuelto en pañales”.