Después de haber recibido la Síntesis de la Asamblea Sinodal realizada en octubre en Roma, la Conferencia Episcopal Argentina CEA se convocó para discernir la continuidad del camino sinodal con los representantes de las distintas diócesis del país.
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Estuvieron presentes, en la reunión virtual, algunos de los obispos que participaron de las congregaciones: el cardenal Ángel Rossi sj, arzobispo de Córdoba; Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la CEA, y Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente 1°, para compartir sus reflexiones.
Reflexión de los padres sinodales
Ojea expresó: “Hemos vivido esta Asamblea General como un verdadero privilegio, los llevábamos en el corazón sabiendo que teníamos la responsabilidad de contar con sus deseos e intenciones, propuestas y sentimientos. Ahora entramos en esta etapa nueva que representa la devolución sobre la síntesis que se ha alcanzado luego de este mes intenso de trabajo. Agregó que el Sínodo fue una profunda experiencia de escucha activa y de contacto con la diversidad, propia de todas las culturas; un encuentro multicultural y pluricultural.
Por su parte, Colombo indicó algunos aspectos importantes para la historia de los sínodos: la participación de los laicos; un 25% con derecho a voto; la circularidad de las mesas que permitía una atención permanente y el conocimiento personal. Resaltó también los testimonios que se daban en las congregaciones generales y el tratamiento de temáticas con carisma específico (migraciones, la juventud, participación de la mujer, el Sínodo digital).
El cardenal Rossi remarcó que la presencia del papa Francisco fue un símbolo y se vivió el sentido de Espíritu, más allá de las diferencias. Comentó que muchas personas expresaron su gratitud y sorpresa por poder expresarse, por poder hablar. “Debemos escuchar significativamente para poder abordar la conversación en el espíritu… abrir el corazón, poder tomar la idea del otro“, afirmó. Destacó también que el Sínodo tuvo varias características: ensayo y discernimiento comunitario y la escucha. “Un mes arduo, de mucha riqueza. La realidad se encarnó en los gestos y figura del Papa, una Iglesia que abraza el dolor”, aseveró.
Retroalimentación
El equipo de animación presentó las líneas fundamentales de la Síntesis, aprobada por la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo.
Como el camino sinodal es un sendero de retroalimentación, propusieron una hoja de ruta que asume el trabajo ya realizado y lo vuelca en las Iglesias locales para que, a la luz de las experiencias y vivencias propias, continúen este proceso con renovada participación y diálogo a nivel diocesano, hasta la Pascua del año próximo.
La idea es que, durante esta etapa se formulen a las comunidades eclesiales las consultas pertinentes sobre determinadas temáticas, se procesen los resultados y se eleven las conclusiones para una síntesis nacional, con vistas a la II Sesión del Sínodo del año 2024.