Aunque jubilado ya de sus quehaceres como profesor y editor, Juan Antonio Mayoral López (Leganés, 1959) mantiene intacta la ilusión por transmitir esos conocimientos que durante décadas ha compartido con cuantos acudían a sus clases y charlas en los escenarios más diversos. Una vocación pedagógica y divulgativa que ha bebido siempre de la misma fuente, la Biblia, como se vuelve a poner de manifiesto en su último libro: El belén de los animales (PPC), un relato en el que un puñado de simpáticas criaturas cobra vida para interpelar a pequeños y grandes sobre el verdadero sentido de la Navidad.
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PREGUNTA.- ¿Qué es ‘El belén de los animales’: un cuento, una fábula, una catequesis…?
RESPUESTA.- Pues todo ello. Es un relato que, en el marco de la fantasía infantil, reclama del lector –ya sea niño o adulto– la capacidad de acoger el anuncio navideño con la ilusión de sentir que el reino de los cielos es para quien es como un niño (Mc 10, 13-16).
Belenes sobrecargados
P.- Alguien podría pensar que tantos animales en un belén acaban convirtiéndolo en un ‘zoo navideño’. ¿Hemos pervertido aquella sencilla escena del nacimiento del Mesías en función de gustos y costumbres locales?
R.- Es cierto que hemos pasado de la sencilla escena que hace 800 años representó san Francisco en Greccio a unas manifestaciones exuberantes de belenes sobrecargados de figuras y escenas. Muchos de estos belenes parecen realizados más para mayor gloria del belenista que para expresar y anunciar el nacimiento de Jesús. Espero no haber caído yo también en esta trampa.
P.- Las figuras de este belén parroquial nos muestran diferentes modos de celebrar la Navidad. ¿A quién o a quiénes nos asemejamos más los humanos de este siglo XXI?
R.- Es triste reconocer que, en nuestros ambientes, proliferan los patos, figura representativa de los indiferentes, de los que no quieren salir de su charca de ocupaciones y entretenimientos. Pero no creo que en tiempos de Jesús fuera distinto. Hoy como entonces, buscamos lo grandioso y fascinante, y Dios tiene otro modo de hacer las cosas. La humilde Belén de la profecía es más que una localización histórica, es el dedo que señala el modo de actuar de Dios.
La Biblia como inspiración
P.- ¿En qué medida su conocimiento de la Biblia y las criaturas que la habitan le ha inspirado para crear estos personajes parlanchines?
R.- La Biblia está construida, fundamentalmente, a base de relatos. Eso me inspiró el modo de concebir este belén y sus personajes. Después pensé que sería mejor darles a ellos la palabra. Para los pequeños lectores, les resultaría más atractivo, y a los mayores quizá nos devolviera sentimientos ya olvidados de la infancia. El primer sorprendido de ello he sido yo, que me he visto muy reconfortado escuchando los razonamientos de estos animales, algunos de ellos sostenidos con vehemencia y orgullo. (…)