Tras recordar las principales problemáticas del país como la violencia, la corrupción, las desigualdades, la polarización política y el desempleo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado a los feligreses a no quedarse en el pesimismo estéril ni en los fatalismos destructivos.
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En su mensaje al pueblo de Dios con motivo de la Navidad y el Año Nuevo, la CEM -cuyo presidente es el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera– señaló que, ante estas realidades, todo cristiano está llamado a ver más allá, “a encender la ‘luz gentil’ de la esperanza de la que nos habla el Papa Francisco”.
Y el fundamento de esa esperanza -añadió- es “precisamente la fe en ese Niño Dios en quien se inaugura ‘una nueva y definitiva alianza’ que ‘renueva todas las cosas’… Es Él la prenda viva del amor entrañable de Dios por la humanidad. En Él hallamos la certeza de que la paz, la justicia y la fraternidad que anhelamos son posibles si nos abrimos decididamente a su gracia transformadora”.
En este contexto, los obispos exhortaron a los católicos mexicanos a tomar como inspiración e iluminación para el año nuevo la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del Papa Francisco, “verdadera hoja de ruta para construir la fraternidad y la amistad social que tanto necesita nuestro país”.
Las prioridades pastorales de los obispos
Sobre los compromisos pastorales que tiene la Iglesia para este 2024, el episcopado buscará renovar la evangelización a la luz del Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, “que guiará nuestro caminar pastoral durante la próxima década”.
Los obispos también hicieron mención de la celebración del Jubileo de 2025, “año de gracia y reconciliación para la Iglesia”, por lo que -dijeron- el 2024 estará dedicado de manera especial a profundizar en la importancia de la oración personal y comunitaria como fuente de vida y misión cristiana.
“Necesitamos redescubrir un nuevo ardor al poder de la oración para iluminar nuestro caminar personal, eclesial y social”.
De igual modo, recordaron que en 2024 estarán celebrando el segundo año de la Novena Intercontinental Guadalupana hacia el Jubileo de 2031, y se seguirá trabajando en la consolidación de una cultura de paz a través de iniciativas concretas como el Compromiso Nacional por la paz “que hemos propuesto a toda la sociedad mexicana”.
Otros temas que deberán atenderse son el fortalecimiento de procesos sinodales en las comunidades y diócesis; la promoción de la cultura vocacional y ministerial; el acompañamiento cercano a las familias y a la vida naciente; la atención humanitaria y espiritual a las personas migrantes; y el llamado al discipulado de adolescentes y jóvenes.