El monje cisterciense noruego, obispo de Trondheim y administrador Apostólico de Tromsø, Erik Varden, no ve problema alguno en la Declaración ‘Fiducia supplicans’ emitida por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe que abre la puerta a las bendiciones a parejas “en situación irregular” como divorciados y homosexuales.
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“¿Pueden ser bendecidos los creyentes que viven en situaciones irregulares? Por supuesto que se pueden”, sentencia el consagrado. Es más recuerda que “es una costumbre muy arraigada en nuestra Iglesia que, en el momento de la Sagrada Comunión, aquellos que por una razón u otra no pueden recibir el sacramento se acerquen al sacerdote y le pidan una bendición: ésta nunca es denegada a menos que el suplicante, Dios no lo quiera, manifieste una actitud sacrílega”.
La salvación de las almas
El religioso nórdico, que ha adquirido notoriedad en estos últimos meses tras la publicación de su libro ‘Castidad’ (Encuentro) ha dirigido una carta a los sacerdotes de los dos territorios eclesiásticos que pastorea para su “correcta aplicación”.
Así, Varden llama a los presbíteros a leer “atentamente lo que se dice y lo que está implícito” para “la salvación de las almas”. El obispo aclara que no es un documento de “teología moral” y aclara que sobre la teología del matrimonio “no dicen nada nuevo”, sino que “consolida la enseñanza perenne de la Iglesia”. “Prohíbe explícitamente cualquier gesto que pueda dar la impresión de relativizar esta enseñanza o que pueda producir ‘confusión’”, sentencia el que fue el ponente principal de Encuentro Madrid 2023, el foro de reflexión organizado anualmente por Comunión y Liberación en España.
Acompañar a todos
“La declaración nos pide, como sacerdotes, que mostremos sensibilidad pastoral en tales situaciones. Según mi experiencia, efectivamente se demuestra esa sensibilidad”, reflexiona el prelado que se remite a una Carta sobre la sexualidad humana que en marzo de 2023 publicaron los obispos nórdicos y que exponía abiertamente: “Estamos aquí para todos, para acompañar a todos. El anhelo de amor y la búsqueda de la plenitud sexual tocan íntimamente al ser humano. En este ámbito todos somos vulnerables. Se necesita paciencia en el camino hacia la plenitud y alegría en cada paso adelante”.
Para el obispo noruego “es edificante y conmovedor ver a un hermano o hermana en la fe, una persona querida por nosotros, reconocer: ‘Aquí y ahora, las circunstancias de mi vida son tales que no puedo recibir los sacramentos; aun así, creo en Dios y confío en que Dios cree en mí, por eso invoco su bendición y declaro mi voluntad de seguir siendo parte de esta comunidad de fe’”.
Nadie debe ser excluido
En su carta, Varden diferencia entre bendición eclesial, que ya fueron vetadas para estas parejas en situación irregular en un Responsum de Doctrina de la Fe de 2021, y bendición pastoral. La bendición pastoral, detalla el obispo, es un acto “personal, íntimo, perteneciente al foro interior”. Para el obispo, “nadie debe ser excluido de la bendición”. Incluso alerta a los sacerdotes de que “estamos sujetos a este precepto eterno, no condicionado culturalmente: ‘No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano’”.
El pastor completa su reflexión sobre ‘Fiducia supplicans’ parafraseando al documento: “¡Dios nunca rechaza a nadie que se le acerca!”. “En el Evangelio encontramos a Cristo recibiendo a todos misericordiosamente, pero su misericordia siempre estuvo salpicada de verdad”, relata el monje cisterciense.