“No existen palabras para describir el año 2023 para la Iglesia católica de Nicaragua; ha sido el año extremadamente caótico“, así lo aseguró la abogada nicaragüense en el exilio Martha Molina, autora de los informes ‘Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?‘, quien compartió con Vida Nueva datos que sustentan sus dichos.
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Por principio de cuentas, la activista nicaragüense dijo haber contabilizado 285 agresiones contra la fe católica en lo que va del 2023, cifra que -dijo- puede ser hasta cinco veces mayor, pues muchos sacerdotes y monjas optan por el silencio cuando los agreden a ellos.
“Podemos calificar este último año como el de más ataques en contra de la Iglesia católica, en el quinquenio reciente”, añadió Molina.
Además de las agresiones, la abogada documentó un total de 3,639 expresiones piadosas populares (procesiones) que fueron prohibidas en todo el país, en este año.
Y es que -añadió- la dictadura mantiene 24 horas bajo asedio y vigilancia los templos; “amenazan no solo con encarcelar a los sacerdotes que decidan ejercer sus derechos de libertad religiosa consagrados en la Constitución Política del país y demás leyes, sino que ahora los amenazan con asesinarlos”.
Hasta los niños han sufrido asedio
Desde el punto de vista de la abogada, mientras “la dictadura Ortega-Murillo se encuentre presente en Nicaragua, los asedios hacia la Iglesia católica continuarán, porque el objetivo de ellos es erradicarla por completo”.
Molina expresó su deseo para que “esta vulneración de derechos humanos cese, pues nadie debe ser criminalizado por manifestar su fe en público o en privado. Este año hasta los niños católicos han sufrido asedio, persecución y amenazas, solamente por ser monaguillos y pertenecer a grupos laicales de la Iglesia”.
Para Molina no existe fuerza humana que a lo interno del país detenga la dictadura Ortega-Murillo porque ellos están respaldados por la Policía Nacional, Ejército, grupo de paramilitares y miembros del Consejo del Poder Ciudadano (CPC-personas partidarias que vigilan y acusan a opositores y que se encuentran ubicados en cada zona o barrio), “y ellos tienen luz verde para asesinar, desterrar o encarar a quien consideren que altere el proyecto de dictadura dinástica que se ha instaurado en el país”.
Finalmente, deseó que todos los católicos en el mundo “sigamos unidos orando por mantener nuestra fe en Cristo Jesús y que también oremos por quienes persiguen a la Iglesia católica para que cambien y puedan ser salvos”.