El Encuentro Europeo de Jóvenes organizado por la comunidad ecuménica de Taizé ya marcha a pleno rendimiento. Desde ayer, los peregrinos que han llegado a la capital eslovena de Ljubljana comparten tiempos de reflexión, encuentro y oración en torno al lema ‘Caminando juntos’ que les llevará a compartir su vida de fe hasta el 1 de enero.
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Al frente de la organización, el hermano Matthew, que se estrena como superior de Taizé en esta misión después de tomar el relevo del hermano Alois al comienzo del adviento. “Nos necesitamos unos a otros, no para imponer nuestras opiniones, sino para contribuir a la paz en la familia humana”, instó a los jóvenes en su primera meditación que dirigió ayer por la tarde en el Stožice Arena, uno de los principales complejos deportivos de la ciudad. Junto a él, se encontraba el arzobispo de la capital, el franciscano Stanislav Zore.
Compañeros de viaje
Este llamamiento respondía a una par de preguntas sobre las que vertebró su alocución: “¿No son todos los cristianos hermanos y hermanas unidos en una comunión aún imperfecta pero muy real? ¿No es Cristo quien nos llama y nos abre el camino para avanzar con él como compañeros de viaje, con quienes viven al margen de nuestras sociedades?”.
Así pues, el hermano Matthew quiso hacer del diálogo entre los propios cristianos el eje. Eso sí, con una mirada al exterior: “Nuestro camino juntos estos días es la expresión de nuestro deseo de caminar con Cristo que acoge a todos los humanos sin excepción y que nos pide acoger a quienes se cruzan en nuestro camino”. Con esta premisa, el consagrado apuntó que “dondequiera que estemos, hacemos una pequeña pero real contribución a la paz en nuestro mundo”.
A la vez, admitió que “no podemos ser ingenuos cuando hablamos de paz”. Con una mención directa a “nuestros hermanos y hermanas de Ucrania”, planteó que una “paz duradera siempre va de la mano de la justicia para todos, especialmente para aquellos que han sufrido”.