El responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, el sacerdote Juan Luis Carbajal, asegura a Vida Nueva que hay líderes ‘astutos’, cuyas acciones podrían ser en perjuicio de los migrantes
El pasado 24 de diciembre, unos seis mil migrantes -en su mayoría centroamericanos- salieron en caravana desde Tapachula, en el estado de Chiapas, con la intención de llegar hasta la frontera norte de México y de ahí poder ingresar a los Estados Unidos. El objetivo de caminar en grupo -el más grande registrado en 2023- es evitar ser detenidos por las autoridades o ser víctimas del crimen organizado.
En este contexto, Vida Nueva habló con el director de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, el misionero scalabriniano Juan Luis Carbajal, quien advirtió que la caravana podría ser usada con fines político electorales, pues -dijo- hay líderes ‘astutos’ que podrían generar un movimiento social, lo que sería en perjuicio de los migrantes.
Cabe recordar que, en el 2024, México tendrá elecciones federales, en las que se renovará la Presidencia de la República y las Cámaras de Senadores y Diputados, que conforman el Poder Legislativo.
“Sabemos que algunas caravanas se dan exactamente en coyunturas electorales, ya sea aquí en México o en los Estados Unidos. Esperamos que, lo que estamos viendo hoy, no sea un mecanismo o una herramienta de algunos astutos, que se aprovechan de la necesidad que tienen las personas migrantes de transitar por México, para agruparlos”.
Y es que -dijo- la gente que camina desde el sur al norte del país “no tiene idea de las extensiones territoriales ni de las condiciones climáticas ni de las dificultades”, por lo que expresó su temor de que pueda haber intereses políticos de por medio, “que puedan manipular estas manifestaciones masivas de migrantes que van a despertar reacciones contrarias, con discursos anti migratorios”.
Y añadió: “Mi temor es que pueda ser una manifestación social manipulada, manejada, y como una herramienta para después responder de forma negativa, construyendo narrativas que van en perjuicio de las mismas personas migrantes”.
Consideró que una consecuencia sería que los gobiernos encontrarían una justificación para reforzar la seguridad desde los países de origen, acrecentando el número de kilómetros de barda o del borde de la frontera.
Esto provocaría también “acciones anti migratorias desde el Poder Legislativo, pero también de rechazo, de racismo y de discriminación a las personas migrantes”.
Ante el posible arribo de la mega caravana a la Ciudad de México, el sacerdote Carbajal previó que, de llegar, ya no estaría completa: “no creo que pase por la Ciudad de México como tal con la cantidad original. Creo que sucederá, como ha sucedido con las últimas caravanas… va a diluirse poco a poco, si no los disuelven las autoridades policiacas o la Guardia Nacional o migración, se van a cansar o a desesperar”.
En ese sentido, dijo que en la Arquidiócesis de México las casas de migrantes de la Iglesia católica siguen llenas a pesar de que cientos de migrantes ya emprendieron el camino a la frontera.
Y de llegar más migrantes -consideró el sacerdote- “lo que va a provocar de nuevo es una situación de personas en calle, en las plazas, en las terminales, alrededor de las casas del migrante o de las vías del tren cercanas, por ejemplo, por la avenida Misterios o por otras zonas donde ellos acostumbran quedarse, por Potrero, por ejemplo”.
El padre Carbajal explicó que, ante la saturación de las casas de migrantes, buscaron un espacio en la Diócesis de Ecatepec, “donde se abrió una extensión de la casa del migrante ‘Arcángel Rafael’, para dar hospedaje a las personas que estaban en situación de calle, pero aún así siguen las personas en la calle, siguen personas llegando con mucho frío”.
Las casas de migrantes de la Arquidiócesis de México son la de la Cáritas diocesana y Cafemin, de las hermanas josefinas; además, dijo el padre Carbajal, hay algunas parroquias que se ha convertido en un lugar de atención a migrantes, como la iglesia de la Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad, en La Merced, donde llegan a dormir, dentro de la parroquia, unas 800, 900 y hasta 1200 personas, en colchonetas.
También está la casa Mambre, de las Hermanas Misioneras Scalabrinianas en Iztapalapa, que es una casa más de resguardo para personas migrantes víctimas de delitos, y la Casa del Migrante ‘Arcángel Rafael’ en Iztapalapa, a cargo de la rama masculina de esta misma congregación; “hay otras dos casas muy vinculadas a la Iglesia católica, como la casa Atochana y la casa Fuentes“.
Las necesidades de las casas de migrantes son cobijas y medicamentos, pues hay “la necesidad de nebulizar a los niños, a algunas personas adultas que vienen también con enfermedades en las vías respiratorias o con ataques de asma… se requieren máscaras para las nebulizaciones; la gente llega con los labios partidos por el frío, también hay necesidad de chamarras, de gorros y guantes”.
Para concluir, el misionero scalabriniano hizo un llamado a que los fieles bautizados y cristianos católicos sigan “dando muestras de hospitalidad; más allá de campañas y partidos políticos, de ideologías de izquierda, derecha, central, somos cristianos, hermanos, hermanas, corresponsables de que lo de lo que nos pasa y de ahí, que estamos llamados a garantizar en comunión, el bienestar de todos, la protección de todos, especialmente de los más vulnerables“.
“Como Iglesia, vamos a seguir dando lo que podemos, animando a la gente para que sea hospitalaria y muestre el respeto, sea generosa y contribuya a aliviar los pesares y los sufrimientos que las personas migrantes expulsadas de sus países; hay motivos de expulsión en Centroamérica y Sudamérica que dan vergüenza, que dan lástima, que debería darles lástima y vergüenza también a los que gobiernan en estos países”, añadió.
Por otro lado, dijo que es muy importante que en los ámbitos regionales donde hay encuentros bilaterales, multilaterales, entre los países “se ponga sobre la mesa estos temas y se busquen respuestas conjuntas, la corresponsabilidad de los Estados de la región para las gestiones migratorias dignas, ordenadas y seguras, para que no queden solo a nivel discurso, sino que en la práctica… se garantice lo que en los documentos muestran con buena voluntad“.