En plena temporada navideña se ha acentuado la persecución religiosa por parte del gobierno de Nicaragua, que encabeza el sandinista Daniel Ortega. Y es que, en los últimos dos días, fueron detenidos los sacerdotes Carlos Avilés y Héctor Treminio, de la Arquidiócesis de Managua, así como Fernando Calero, de la Diócesis de Matagalpa, y Marcos Díaz, de la Diócesis de León.
En su cuenta en la red social X, la abogada Martha P. Molina, autora de los informes ‘Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?‘, detalló que el 28 de diciembre fue detenido el sacerdote Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua, y quien ha denunciado violaciones a libertad religiosa en su país.
“El clero de la Arquidiócesis de Managua en oración ante tanta arbitrariedad. La vida de monseñor Avilés se encuentra en peligro. Que la dictadura respete su integridad física. Dictadura criminal”, aseveró Molina.
Ese mismo día -según la abogada nicaragüense, quien vive en el exilio- policías y paramilitares detuvieron a Héctor Treminio, tesorero de la Arquidiócesis de Managua y párroco de la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, así como al sacerdote Fernando Calero, párroco de Nuestra Señora de Fátima, Rancho Grande, de quien se desconoce su paradero.
Finalmente, este 29 de diciembre, Molina informó que la policía sandinista detuvo a Marcos Díaz Prado, vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto. “Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él, no se tiene información de su paradero. Pertenece a la Diócesis de León”.
Cabe señalar que la semana anterior se supo de la detención del obispo de Siuna, Isidoro Mora, un día después de que fuera a celebrar los 99 años de la Diócesis de Matagalpa, en cuya misa pidió oraciones por el obispo Rolando Álvarez, sentenciado en febrero a 26 años de prisión, acusado de delitos considerados ‘traición a la patria’.