El Papa recuerda a Joseph Ratzinger durante el rezo del ángelus del último día del año, cuando se cumple el primer aniversario de la muerte del pontífice alemán
“¡Un aplauso para Benedicto XVI!”. Este fue el espontáneo homenaje que el Papa Francisco brindó esta mañana a Joseph Ratzinger en el primer aniversario de su muerte durante el rezo dominical del ángelus, que dirigió desde el Palacio Apostólico del Vaticano en la última jornada de 2023. “Sentimos por él tanto afecto, tanta gratitud y tanta admiración. Desde el cielo nos bendiga y nos acompañe”, expresó en relación al pontífice alemán.
Con este gesto por delante, Francisco volvió a denunciar las consecuencias de las guerras abiertas en el mundo. De hecho, hizo un llamamiento a “quien tiene intereses en estos conflictos, que escuche la voz de la conciencia”. En concreto tuvo presente al “martirizado pueblo ucraniano, los pueblos de Israel y Palesitna, el pueblo sudanés y tantos otros”. Tampoco se olvidó de rezar por Nigeria, que ha visto cómo en esta Navidad hasta 150 cristianos eran asesinados: “Que Dios la libere de estos horrores”.
En su reflexión previa al ángelus con la fiesta de la Sagrada Familia de fondo, Francisco defendió que la familia es “la célula fundamental de la sociedad”. “Se necesita defenderla y sostenerla siempre”, aseveró. Además, subrayó como Jesús, María y José constituía un hogar “con sufrimiento”. “¡Cómo es posible que la Familia de Jesús, la única familia de la historia que puede presumir de la presencia de Dios en la carne, en lugar de ser rica sea pobre! En lugar de ser aliviada, ¡parece ser obstaculizada! En vez de estar libre de fatigas, ¡está inmersa en grandes dolores!”, interpeló a los peregrinos presentes en la plaza.
El pontífice argentino explicó que Dios, “a quien a menudo imaginamos más allá de los problemas”, ha venido para “habitar nuestras vidas con sus problemas”. “No ha venido como adulto, sino como un bebé pequeñito en el seno de una mujer”, expuso Jorge Mario Bergoglio, que además recordó que “ha vivido en una familia, hijo de una madre y de un padre”.
Desde esta vida “de cotidianidad, ocultamiento y silencio” de Cristo en la que “no ha evitado las dificultades”, el Papa instó a las familias de hoy a recuperar la capacidad de “asombro”, a “maravillarse” del propio cónyuge, por la “propia historia de amor”, por la sabiduría de los abuelos, por los niños. “¿Ustedes encuentran tiempo para estar con sus propios hijos?”, preguntó con espontaneidad a su auditorio al aire libre.