Para el presidente de la Fundación Joseph Ratzinger, el jesuita Federico Lombardi, considera que Benedicto XVI “es un maestro de la fe fuera de toda duda”. Así lo comparte en un artículo publicado en L’Osservatore Romano con motivo del primer aniversario de su muerte, que tuvo lugar el 31 de diciembre de 2022.
“¿Se trata de una figura que debe confiarse principalmente a los maestros de la lectura del pasado, o de una figura que sigue interpelándonos a todos, hoy, precisamente en este tiempo dramático que vivimos?”, se pregunta nada más arrancar un texto en el que busca analizar el legado del pontífice alemán. Para Lombardi, Ratzinger “sigue siendo un valioso compañero también para quienes viven con participación y pasión la historia y la vida humana en esta tierra, con todos los dramáticos interrogantes que conlleva hoy”.
Bajo la premisa de que nuestro mundo está “fuera de control”, el religioso que fue responsable de comunicación del Vaticano apunta cómo la mirada de Benedicto XVI se sitúa ante la razón humana, no para “negarla o limitarla”, sino para “ampliarla, invitarla a buscar con valentía no sólo cómo funciona el mundo”.
A partir de ahí, defiende a Ratzinger como un pensador que plantea una “propuesta de diálogo con la cultura contemporánea”, que “ha sido a menudo recibida con frialdad o a veces rechazada”. “La propuesta de Benedicto XVI es clarividente, conserva toda su validez y representa también para el futuro una vía de diálogo entre la ciencia y la fe, y más en general entre la cultura moderna y la fe, sobre la base de una profunda confianza en la razón humana”, expone el presidente de la entidad que custodia su herencia intelectual.
“En la visión cristiana de Benedicto XVI -continúa Lombardi-, la ampliación de la razón llega a abarcar la lógica del amor, que se expresa en la lógica de la gratuidad y se traduce en fraternidad, solidaridad y reconciliación”. A la vez, en el artículo, el autor defiende que “los dos últimos pontificados se suceden con continuidad y coherencia”. “El servicio de Benedicto XVI continúa en el movimiento más profundo de la Iglesia del Señor, guiada por Francisco y sus sucesores”, sentencia Lombardi.