Las festividades de Navidad y Año Nuevo en Ucrania han estado marcadas por las trágicas consecuencias de un ataque aéreo masivo lanzado por las fuerzas rusas el 29 de diciembre y que provocaron daños en casi 120 ciudades y pueblos y la muerte de 50 personas, la mayoría en Kiev.
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Sobre lo ocurrido ha hablado en una entrevista con Radio Vaticano Oleksandr Yazlovetskiy, obispo auxiliar de los latinos de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr. “Todo el mundo se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no se producía un bombardeo tan potente, y entonces los medios de comunicación empezaron a informar de las cifras y quedó claro que este bombardeo era realmente masivo”, ha asegurado.
Hablar de esperanza
Yazlovetsky, que también es presidente de Caritas Spes, ha hablado también de las principales actividades que ha llevado a cabo la entidad durante este periodo. “En general, como Cáritas, tanto de la Iglesia católica romana como de la greco-católica, seguimos llevando a cabo los proyectos ya iniciados y trabajando en otros nuevos. Nos complace poder participar en la reconstrucción de casas para las víctimas en algunas localidades junto a grandes organizaciones estatales o caritativas. Por supuesto, esto no es más que una gota en el océano y la destrucción se repite una y otra vez. Pero, gota a gota, seguimos apoyando a estas personas y dándoles esperanza”.
“Han sido casi dos años de guerra…. ¿De qué hablar en Navidad? ¿En qué debemos centrarnos? Para mí, personalmente, fue un gran consuelo pensar que Dios no olvida a su pueblo, no olvida a la humanidad en general, no olvida al pueblo elegido al que prometió el Mesías“, ha dicho el obispo. “Hablé de esto mismo: Dios no se ha olvidado de nosotros, viendo nuestro dolor, porque ya ha venido a ayudarnos. Dios ya ha planeado el día de la victoria, de la paz, que llegará. Muchos ucranianos rezan, muchas personas en el extranjero nos aseguran que rezan por nosotros”.
Este mensaje de que Dios no se ha olvidado de los ucranianos, para Yazlovetsky, es importante: “Afortunadamente, muchos cristianos son conscientes de ello y no se desaniman, creen y siguen rezando. Una clara muestra de ello es que la gente de nuestro país sigue aferrándose a Dios. ¿De dónde podemos esperar ayuda si no es de Él?”.