La Asociación de Sacerdotes Católicos de Irlanda considera la declaración una “iniciativa histórica y esperanzadora” que confirma un nuevo enfoque pastoral
La Asociación de Sacerdotes Católicos de Irlanda ha dado una “calurosa bienvenida” al nuevo documento ‘Fiducia Supplicans’, la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que permite a los sacerdotes ofrecer bendiciones a parejas del mismo sexo y a otros católicos que viven en situaciones “irregulares”. Para los responsables de la asociación, Roy Donovan, Tim Hazelwood y Gerry O’Connor, el documento es el “regalo de razón y compasión” del papa Francisco a la Iglesia.
Para estos presbíteros, la declaración es una “iniciativa histórica y esperanzadora” que supone una “intervención inequívoca y sin ambigüedades” del Vaticano con el apoyo activo del papa Francisco. Para la asociación, el documento trae “si no un nuevo amanecer, al menos un nuevo enfoque, un nuevo impulso y una nueva libertad a la búsqueda de una respuesta más sensible y humana a las necesidades pastorales urgentes”. Y es que, destacan, Francisco “siempre ha subrayado la necesidad de un enfoque pastoralmente sensible e imaginativo para acompañar a las personas que luchan en sus caminos espirituales” y por ello ha creado un nuevo espacio y nuevos límites para facilitar una reforma pastoral de los requisitos opresivos del pasado según han declarado a The Tablet.
“Al igual que con otras reformas inspiradas por Francisco, el refinamiento tan necesario que ‘Fiducia Supplicans’ introduce en la práctica pastoral de la Iglesia católica será irreversible”, aseguran los curas. Algo en lo que coincide el arzobispo de Armagh, Eamon Martin, primado de Irlanda, para quien las heridas y ansiedades experimentadas por las personas que se identifican como homosexuales se han escuchado “muy fuerte dentro de la Iglesia”. Destacó además que el documento sea “muy claro en que no hay ningún cambio en la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer”. “El Papa tiene muy claro que estas bendiciones pastorales no son un reconocimiento litúrgico o ritual de que la unión es equivalente, o de alguna manera análoga al matrimonio entre un hombre o una mujer”. “El matrimonio entre un hombre y una mujer es algo estable, algo exclusivo y abierto a su generación de hijos”, recordó el arzobispo.