En su búsqueda en Roma del “impulso generoso y misionero de la Iglesia primitiva”, la francesa Fraternidad Misionera de las Ciudades se ha reunido hoy con el papa Francisco, quien, en el texto entregado los invitó a contemplar el belén: “Vemos un lugar sencillo y pobre, un suburbio, una ‘banlieue’ de la época. Los pastores que acuden a la cuna son marginados con mala reputación”.
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“Sin embargo”, ha continuado el Papa, “es a ellos a quienes primero se anuncia el Evangelio de la salvación. Son pobres, pero tienen el corazón dispuesto. Ésta es también su experiencia”.
Fermento de paz
Así, Francisco les ha animado a no tener miedo “de abandonar su seguridad para compartir la vida cotidiana de sus hermanos y hermanas. Incluso entre ellos, muchos tienen el corazón abierto y esperan, sin saberlo, la buena noticia”.
Así, ha aseverado que “vivir la fraternidad” es “fermento de paz”. “Sé también cómo a veces la violencia, la indiferencia y el odio pueden marcar los barrios: hoy tienen la misión valiente y necesaria de llevar la cercanía, la compasión y la ternura de Dios a las personas a menudo privadas de dignidad y de amor. Queridos hermanos y hermanas, gracias por lo que hacen, ¡sigan adelante!”, ha concluido el Papa.